Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 1318

Detrás de esta gente estaba el Ejército Escorpión, liderado por Gary.

Utilizaban los vehículos como escudos, luciendo cascos antibalas equipados con visión nocturna, walkie-talkies y visores.

Los soldados también llevaban chalecos antibalas y guantes de combate, cada uno con un fusil de asalto y varias pistolas y dagas atadas a los pantalones.

En los pies llevaban botas para el desierto.

Había algunos equipos pequeños más; todos armados con francotiradores y granadas propulsadas por cohetes.

El equipo de quinientos hombres estaba completamente armado y estaba claro que estaban listos para la batalla.

La cantidad de armas que llevaban era sin duda suficiente para enfrentarse a naciones más pequeñas.

Más atrás venían los soldados de defensa nacional en camiones militares.

Eran unos treinta mil, todos ellos armados con fusiles normales.

Era una dura comparación con los escasos cien miembros de la milicia de la Iglesia del Señor del Dragón de Llamas.

Tarron frunció las cejas con fuerza desde donde observaba.

La situación parecía tensa y Tarron sinceramente no tenía ninguna esperanza de que la Iglesia del Señor del Dragón de Llamas ganara.

En ese momento, Michael bajó del coche y se acercó a unos diez metros de la frontera.

Gary y Milo estaban a ambos lados de él.

"Una última oportunidad, Penn. Disuelve tu iglesia ahora y vuelve conmigo para enfrentarte a tu juicio. Es tu única oportunidad de evitar más derramamiento de sangre", sonrió Michael.

Wilbur se burló. "Yo también te doy una última oportunidad. Discúlpate ante todos los miembros de mi iglesia y lárgate al Vaticano o te daré una paliza".

"¡Santos guerreros! ¡Acaben con estos engendros impíos en nombre del Santo Señor Illuminati!", gritó Michael.

Los nueve guerreros santos lideraron a sus caballeros de la milicia eclesiástica y comenzaron a dirigirse hacia la frontera.

Los escudos y las espadas cruzadas de los guerreros sagrados comenzaron a iluminarse con un pálido resplandor azul.

Detrás de ellos iban cien caballeros de la milicia eclesiástica.

A pesar de que no estaban tan fuertemente armados como los guerreros sagrados, sus espadas cruzadas también estaban encantadas.

Detrás de ellos, el Ejército Escorpión y los soldados de defensa esperaban. Estaban preparados para cruzar la frontera en cualquier momento, abriéndose paso hasta la Aldea Saturno.

Justo entonces, Wilbur agitó una mano. Karl, Cameron y la milicia de la iglesia dieron un gran paso adelante.

Una gran batalla estaba a punto de estallar.