Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 1319

Las miradas de Wilbur y Michael se encontraron a ambos lados de la frontera.

Eran los luchadores más fuertes y por eso se enfrentaban.

Ninguno de los dos iba a permitir que la otra parte matara a sus propios hombres.

Un movimiento en falso y una gran guerra iba a estallar entre ambos bandos.

Unos minutos después, ambos bandos se reunieron ante la frontera.

Las espadas cruzadas de los guerreros sagrados se iluminaron con llamas espirituales doradas.

Una presión aterradora se extendió, haciendo que el aire resonara con un agudo silbido.

Karl lanzó un grito, una espada de hielo apareció en su mano y apuntó a los guerreros santos.

"¡Acaben con los engendros impíos en nombre del Santo Señor Illuminati!".

Los guerreros sagrados corearon las palabras, cargando contra Karl.

Karl lanzó un grito, lanzándose a una feroz batalla contra los nueve guerreros santos a la vez.

Los guerreros sagrados eran absolutamente despiadados, se unieron contra Karl y blandieron sus espadas contra él bruscamente.

Karl respondía a sus ataques con expresión cenicienta, desviando sus espadas con las suyas y contraatacando siempre que podía.

Sin duda, estaba haciendo el trabajo de enfrentarse a nueve hombres él solo y la batalla no dejaba de crecer en tensión.

Al mismo tiempo, ambas milicias eclesiásticas cargaron la una contra la otra y estalló una feroz batalla.

Sus armas chocaban y repiqueteaban, despidiendo innumerables chispas.

Cameron y Dawson se adentraron en el campo de batalla blandiendo sus armas con un rugido feroz.

Wilbur miraba el campo de batalla en silencio.

Michael sonreía con suficiencia, como si tuviera la victoria en el bolsillo.

La verdad era que la milicia de la Iglesia de los Santos Illuminati tenía ventaja en términos de habilidad.

Dawson blandió su lanza, apuñalando a diestro y siniestro entre el mar de caballeros de la milicia eclesiástica mientras rugía con fuerza.

La batalla seguía creciendo con intensidad.

La expresión de Michael empezó a cambiar a medida que pasaba el tiempo.

No había esperado que estos enclenques creyentes del Señor del Dragón de Llamas fueran tan buenos luchadores.

"¡La gloria de nuestra iglesia nunca se apagará!", gritó Michael.

Los guerreros sagrados lanzaron un grito, cargando hacia Karl con todas sus fuerzas.

Karl blandió su espada contra uno de los guerreros sagrados, dejando una profunda grieta en su armadura. Un espantoso escalofrío se filtró en el cuerpo del guerrero, dejando su rostro sin color de inmediato.

Sin embargo, se arriesgó y agarró la espada de hielo, blandiendo su espada cruzada hacia el cuello de Karl.

Los otros guerreros sagrados aprovecharon la oportunidad para disparar llamas espirituales de sus espadas cruzadas, apuñalando varias partes del cuerpo de Karl.