Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 1371

Caminando por la pradera, el viento que soplaba traía un aroma refrescante. Hasta donde alcanzaba su vista, el formidable ejército de los Santos Illuminati avanzaba hacia la orilla del río.

Sin vacilar, avanzó a grandes zancadas hasta desaparecer de la mirada de Cameron y los demás, llegando al centro de la pradera.

En la extensa pradera, el ejército de los Santos Illuminati se movía en perfecta formación. Sus armaduras encantadas brillaban con un resplandor mágico, emitiendo un aura de desolación que impregnaba los cielos y la tierra. Las briznas de hierba del suelo, sometidas a este ímpetu abrumador, se inclinaban, temblorosas.

Por encima de su formación, la fuerza invisible levantó incluso un viento aullante, produciendo un sonido inquietante. Era una fuerza absolutamente poderosa, capaz de aplastarlo todo, que exigía el asombro de cualquiera que estuviera en su presencia.

Wilbur estaba allí solo, con un aspecto frágil, como un barco solitario frente a las olas. Mantenía la compostura, incluso recogiendo tranquilamente una flor silvestre y examinándola en su mano.

Michael y sus dos compañeros, situados a la cabeza de la tropa, vieron a Wilbur. Con un gesto de sus manos, la formación detuvo su avance y los tres se acercaron a Wilbur, deteniéndose a unos diez metros de distancia.

Querían que Wilbur sintiera el poder de los Santos Illuminati. Tenían curiosidad por ver qué expresión y qué emociones mostraría al enfrentarse a semejante poder. Sin embargo, Wilbur se mostró bastante relajado.

"Estás más joven, ¿verdad?", comentó Wilbur, sonriendo, mientras observaba a Michael, que parecía tener unos veinte años.

Michael esbozó una leve sonrisa y dijo: "El poder del Señor de los Santos Illuminati no es algo que ustedes puedan comprender".

"Bueno, eso es cierto", reconoció Wilbur sin negarlo.

Moisés miró a Wilbur y le dijo lentamente: "Tienes fuerza, pero está lejos de ser suficiente para enfrentarte a los Santos Illuminati. Aún podemos ofrecerte una oportunidad".

"¿Ah, sí? ¿Qué oportunidad es esa?", preguntó Wilbur, haciendo girar la flor silvestre en su mano.

Moisés dijo: "Disuelve el Culto del Dragón de Fuego, ríndete a nosotros y podremos ofrecerte un puesto en el tribunal sagrado. Vivirías bastante bien".

"Qué oferta tan generosa", dijo Wilbur riendo entre dientes.

Wilbur sonrió débilmente. "En una lucha, no siempre se trata de los números".

"Ah, ¿y en qué te basas?". Moisés entornó los ojos.

Wilbur respondió despreocupado: "Pronto lo sabrás".

"¡Insolente!", gritó Banks. "Parece que hemos sido demasiado amables contigo".

Mientras hablaban, Banks y Moisés sacaron sus espadas cruzadas de la cintura.

Las espadas cruzadas brillaban con diversos resplandores mágicos, lo que indicaba que estaban encantadas con más de un atributo.