Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 1377

La ira de Wilbur estalló mientras empujaba con fuerza a María, dispuesto a darle una severa lección a aquella revoltosa muchacha. Sin embargo, en ese momento, la puerta se abrió y Lilian entró jadeando. Su pecho latía como si acabara de completar una carrera de 100 metros.

"¡Su Santidad, ha vuelto!". Lilian jadeaba, con el pecho subiendo y bajando rápidamente.

Wilbur se sintió incómodo al instante, apartó apresuradamente a María y dijo: "Acabo de volver. ¿Qué ocurre?".

"Oh, he oído que la iglesia se ha quedado sin dinero, así que he venido a donar", dijo Lilian inocentemente.

María resopló fríamente, sentándose en el sofá y mordiendo una manzana. Wilbur se quedó perplejo: "¿Donar? ¿Qué vas a donar?".

"Tengo cien mil en mi fondo privado y pienso donarlos a la iglesia", exclamó Lilian agitando el puño.

Wilbur sacudió la cabeza: "No hace falta. Esto no es algo que tú puedas resolver".

"Su Santidad, sabemos que hace falta mucho dinero, pero cualquier granito de arena ayuda. Además, como miembro de la iglesia, tengo la responsabilidad de ayudar", insistió Lilian.

Wilbur suspiró. "De acuerdo, si quieres donar, adelante".

Lilian sonrió ligeramente y se volvió hacia María. "María, no debemos molestar a Su Santidad en su descanso. Ven conmigo a la iglesia para rezar".

"Tengo algo que discutir con Su Santidad. Adelántate". María permaneció imperturbable.

Al oír esto, Lilian simplemente se sentó. "¿Ah, sí? Escucharé de qué se trata entonces".

"No hace falta que te lo diga", dijo María con frialdad.

Lilian soltó una risita y dijo: "¿Hay algún asunto escandaloso del que no quieres que me entere?".

"Métete en tus asuntos".

Al poco tiempo, Wilbur llegó a una joyería. Según su impresión, a las chicas parecían gustarles este tipo de cosas. Al entrar en la tienda, una vendedora lo saludó. A petición de este, la mujer comenzó a presentarle algunas joyas.

"Señor, este diamante rosa de diez quilates es de producción local, tallado y pulido por un maestro, y engastado en un colgante de oro. Es realmente exquisito". La vendedora señaló un diamante rosa en una caja.

Wilbur lo miró y preguntó: "¿Cuánto cuesta?".

"2,3 millones de dólares soberanos", respondió la vendedora con una sonrisa.

2,3 millones de dólares soberanos equivalían a 100.000 dólares dashan. A Wilbur le pareció algo barato. Al fin y al cabo, aunque se lo regalara a Faye, ella no podría usarlo. Todas las ocasiones a las que asistía eran de alto nivel y un artículo de calidad inferior no quedaría bien.

Sacudiendo la cabeza, Wilbur dijo: "¿Tienes algo mejor?".

A la vendedora se le iluminaron los ojos. En ese momento, una cautivadora belleza de pelo largo se acercó, ofreciendo una sonrisa profesional a Wilbur. "Hola, señor. Soy la jefa de ventas. Puede llamarme Tasha. ¿En qué puedo ayudarle?".