Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 1405

Si la energía espiritual de alguien de nivel Santuario se cuantificaba en cien, alguien de nivel Super Santuario tendría doscientos y alguien de nivel Emperador tendría hasta quinientos.

Sin duda, no había competencia en una pelea entre cultivadores de esos dos niveles.

Justo entonces, el hombre murmuró para sí mismo: "El nivel Emperador sí que es algo especial".

"Tú también estuviste realmente bien. De hecho, creo que ya estás muy cerca del nivel Emperador. Si sigues trabajando duro, algún día alcanzarás ese nivel", le dijo Wilbur con una sonrisa.

El hombre guardó silencio ante las palabras de Wilbur durante un largo rato, antes de ponerse lentamente en pie.

Se inclinó profundamente ante Wilbur. "Señor, ¿consideraría acogerme como su pupilo?".

"Oh... lo siento. Tengo otros asuntos de los que ocuparme y me iré de aquí muy pronto. Por favor, ¡sigue trabajando en tu cultivo! Con tu potencial, estoy seguro de que podrás alcanzar el nivel Emperador incluso sin mi guía".

Wilbur sonrió, dándose la vuelta para marcharse a toda velocidad.

Estaba aquí para resolver asuntos, no para recibir alumnos.

El hombre se quedó mirando aturdido a Wilbur durante un buen rato.

De repente, se agarró la cabeza con dolor y rugió: "¿Por qué tuviste que dejarme, Erin? ¿Por qué?".

Empezó a lanzar golpes hacia el océano con frenesí, haciendo que el agua chocara y cayera a chorros.

"Te prometo que te devolveré a la vida, querida. Haré lo que haga falta, aunque signifique sacrificarme".

"¿Quién eres? ¿Quién demonios eres? Debo encontrarte".

El hombre parloteaba como si hubiera perdido la cabeza.

Wilbur regresó al hotel, se sentó en el sofá y se quedó pensativo.

Aquel hombre había sido tan poderoso como para ser considerado de élite, pero parecía haber algo raro en su mente. Era una verdadera lástima.

Sin embargo, más que eso, existía el riesgo de las consecuencias que acarrearía que alguien como él perdiera el control.

Por supuesto, a Wilbur esto no le importaba tanto, ya que no estaba ocurriendo en su propio país.

Tras una breve pausa, Wilbur volvió a su dormitorio para meditar.

A la mañana siguiente.

Jaden tenía una expresión burlona en el rostro, como si estuviera encantado con la desgracia de Wilbur.

Wilbur frunció el ceño, sin hacerle caso, y se levantó para marcharse.

No le apetecía lo más mínimo relacionarse con aquel tipo.

Sin embargo, Jaden se interpuso en el camino de Wilbur de repente, jugando con las fichas que tenía en la mano mientras le sonreía. "Te reto a que juegues contra mí".

"No me interesa", dijo Wilbur.

Jaden sonrió satisfecho. "Es que no tienes huevos o no tienes dinero. ¿Qué tal si te presto algo de dinero para que puedas comprar un vuelo de vuelta?".

Justo entonces, Elise dijo: "¿Qué haces, Jaden?".

"Oh, nada. Todos somos del mismo país, ¿no? Solo estoy charlando un rato e invitándolo a un partido o dos, ¿qué tiene de malo?". Jaden sonrió.

Elise sacudió la cabeza y Wilbur frunció el ceño. "Quítate del camino".

"¿Y si no quiero?". Jaden sonrió satisfecho.