Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 1535

Hendrix condujo a Donna a la sala de estar.

Wilbur era el invitado VIP de los Nees, por lo que Hendrix era extremadamente respetuoso con su amiga. También por eso no anunció su llegada inmediatamente.

Hendrix sintió que debía conducir a Donna hasta Wilbur antes de informarle, por si la joven se impacientaba esperando.

No tardaron en llegar a su puerta. Se inclinó y dijo: "Señorita, el señor Penn está dentro. No la molestaré".

"Gracias", dijo Donna.

Hendrix hizo una reverencia y se marchó, luego fue a informar a Warner.

Donna se quedó en la puerta con el rostro frío antes de sacar el cuchillo para frutas.

Se detuvo bruscamente y tiró el cuchillo, esbozando una brillante sonrisa.

Tenía un cuerpo maravilloso y una cara bonita, por lo que resultaba absolutamente atractiva.

Su atractivo se disparaba en cuanto sonreía. Había una especie de dulzura en ella, que le daba un aspecto lastimero que atraía a los hombres.

Entonces, Donna llamó suavemente a la puerta.

"Adelante", dijo Wilbur desde el interior de la habitación.

Donna abrió la puerta. Wilbur estaba sentado en el sofá de la sala de estar. Se sorprendió al ver a Donna porque no reconocía a la bella dama.

Donna también parecía sorprendida. Le parecía que Wilbur era demasiado ordinario, tanto que no sería capaz de distinguirlo entre la multitud.

Se preguntó por qué a Sarah le gustaba alguien como él.

Su ira ardió en su interior cuando vio a Wilbur.

Se sintió muy humillada.

No podía creer que Sarah eligiera a alguien como Wilbur. Le parecía que ella era mejor que él.

Aunque Donna estaba hirviendo internamente, su cara era todo sonrisas.

Fue porque tomó una decisión cuando entró en la mansión.

Sarah la lastimó y quería vengarse. Donna quería que Sarah sintiera el dolor y se pusiera celosa.

"¿Qué hizo ella?".

"¿Eh, no te lo dijo?".

"No, pero su cuerpo sí".

Wilbur frunció el ceño y se preguntó por qué ella estaba hablando sin sentido.

Donna empezó a desabrocharse la camisa.

Su maravilloso busto quedó al descubierto en un instante.

Su busto liso y maravilloso y su cintura delgada eran una seducción mortal.

"¿Qué estás haciendo?". Wilbur parecía sorprendido. No se atrevía a creer que una desconocida hiciera eso.

Ella empezó a quitarse la ropa y el sujetador. Muy pronto, estaba desnuda frente a él.

"¿Me veo bien?", le preguntó sonriendo.