Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 1556

El problema era que aquella dama estaba mal de la cabeza y era un poco pesada.

Justo cuando estaba dudando, Warner había intervenido para dejarla pasar y así fue.

Warner tampoco tenía elección. Ella estaba aquí por Wilbur y no estaría bien rechazarla.

Un rato después, Donna entró con un ajustado vestido morado y un bolso de época.

A Warner y a los demás se les estremeció el pecho al verla, pero no pudieron hacer nada al respecto.

Donna miró a su alrededor al entrar, riéndose entre dientes ante el espectáculo. "Qué fiesta".

Se dirigió a Wilbur y se sentó a su lado.

Wilbur resopló y Donna lo miró. "No te importa, ¿verdad?".

"No me importa". ¿Qué otra cosa podía haber dicho?

Donna sonrió y se sirvió un vaso. "Beberé por llegar tarde".

Vació el contenido de su vaso de un trago y lo rellenó otras cinco veces antes de dejarlo en la mesa.

Cualquiera se habría desmayado después de beber tanto, pero Donna parecía estar completamente bien.

Todos los demás, sin embargo, la miraban atónitos.

El equipo del Cabo hundió la cabeza en sus platos, sin atreverse a levantar la vista ni un segundo.

Donna se sirvió otro vaso, lo levantó y se volvió hacia Wilbur. "¿Qué tal si brindamos por usted, señor Penn?".

Wilbur se encogió de hombros, levantó su vaso y lo chocó con el de Donna.

Ambos bebieron y Donna sonrió a los demás. "¿Por qué no están comiendo? ¿Qué es esto?".

Los demás se apresuraron a llenarse la boca de comida y el banquete quedó en silencio.

Nadie se atrevió a pronunciar una sola palabra, aterrorizados de decir algo equivocado.

Wilbur también se dio cuenta de que Donna venía a buscar problemas y dijo: "No la conozco, señorita Sue, y solo la he dejado entrar aquí por cortesía. Por favor, deje de decir cosas ridículas o los demás podrían hacerse una idea equivocada".

"Así que ahora te niegas a reconocerlo, ¿eh?". Donna miró fijamente a Wilbur, con los ojos llenos de lágrimas.

Wilbur se quedó sin habla. Esta chica tenía un talento natural para la actuación, prácticamente digno de un Oscar.

"Te lo advierto. Deja de hacer esto ahora mismo. Sería mucho menos amable si no fueras amiga de Sarah".

Wilbur sintió que esto solo se saldría de control si continuaba, razón por la cual su tono se había agudizado.

De repente, Donna sacó un cuchillo para verduras de su bolso. Se levantó y se puso el cuchillo en el cuello mientras miraba a Wilbur con lágrimas en los ojos.

"¿Qué demonios estás haciendo?". Wilbur se quedó estupefacto.

Todos los demás también se quedaron helados.

En ese momento, Donna sollozó: "¡Me quitaste mi inocencia y te niegas a reconocerlo! Entonces, ¡qué más da que me muera! Espero que estés contento con eso. ¡Que tengas una buena vida!".