Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 170

El monstruo era inimaginablemente poderoso, y cualquiera de sus ataques sería mortal.

La cuchilla cortaba el aire, produciendo chirridos con cada movimiento.

Ryder era hábil y ágil. Esquivó los ataques de la cuchilla mientras su daga ardiente apuñalaba al monstruo en varios lugares. Ambas partes eran igual de hábiles, y era difícil saber quién llevaba la delantera.

Elsa miraba preocupada. "¿No vas a ayudar?".

"Ya has oído al tipo. No se me permite intervenir". Wilbur dijo impotente.

Elsa negó con la cabeza. "Seguro que las normas no importan en un momento como éste".

"Pues ve tú. No voy a intentar convencer a nadie de que me deje romper su estúpida norma". Wilbur encendió otro cigarrillo y le dio una larga calada.

Elsa fulminó a Wilbur con la mirada. "¿Estás intentando que me maten? ¿Tengo pinta de ser rival para ese monstruo?".

"Bueno, no puedo hacer nada al respecto". Le dijo Wilbur.

Elsa no tuvo más remedio que seguir de cerca la batalla, rezando con todas sus fuerzas para que Ryder ganará mientras le maldecía internamente por insistir tanto en las miserables normas de su departamento.

Aquellas autoridades oficiales eran así, poniendo todo tipo de restricciones que debías cumplir o serías castigado. Elsa sintió ganas de gritar.

Justo entonces, la batalla entre Ryder y el monstruo alcanzó su clímax.

El monstruo aullaba, y su maldita cuchilla brillante se hacía más grande con cada golpe, constriñendo el aire a su alrededor cada vez que se balanceaba hacia abajo.

Ryder también luchaba con todas sus fuerzas, brillando con energía espiritual mientras la daga que llevaba en la mano ardía con llamas espirituales.

Elsa estaba muy preocupada. Wilbur seguía dando caladas a su cigarrillo, sin prestar apenas atención a la batalla.

En ese momento, Ryder lanzó un aullido. Un cegador rayo espiritual iluminó su brazo izquierdo con un pequeño escudo, desviando uno de los ataques del monstruo.

Un estruendo resonó en el aire y el escudo se hizo añicos con una fuerza tremenda. La sangre brotó del brazo de Ryder mientras su carne se desgarraba de forma aterradora.

Justo entonces, el monstruo aulló una vez más: "¡Sangre para el Dios de la Sangre, Calavera para el Trono de la Calavera!".

El monstruo, gravemente herido, empezó a agitar su cuchilla, golpeando su propio cuerpo mientras copiosas cantidades de sangre brotaban sobre la hoja.

Al mismo tiempo, una abrumadora energía espiritual brotó del monstruo y se extendió a sus alrededores.

Elsa, que estaba al menos a cincuenta metros de distancia, no pudo mantenerse en pie y tropezó hacia atrás por la presión.

Ryder estaba en estado de shock. Sostuvo su daga frente a él, con una expresión cada vez más solemne.

Un segundo después, el monstruo sacó la cuchilla de su vientre. La cuchilla había pasado del rojo brillante al rojo oscuro, ardiendo con una llama espiritual roja.

"¿Cómo se atreven, débiles don nadie, a desafiar la autoridad del dios de la sangre? ¡Mueran!".

Mientras el monstruo aullaba, la cuchilla se inclinó y un rayo de luz roja salió disparado hacia Ryder.