Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 1758

Mientras hablaba, Tina se acercó más a Wilbur y presionó sus labios contra los de él en un profundo beso.

Se movió tan deprisa que Wilbur no pudo esquivarla, y ya se estaban besando cuando Wilbur recobró el sentido y fue demasiado tarde para apartarla.

Tina besó a Wilbur con tanta pasión que a él le costaba respirar. Al cabo de un minuto, lo soltó y lo miró profundamente a los ojos. “Ahora soy toda suya, Señor Penn”.

“Puede tenerme cuando quiera, Señor Penn”.

Wilbur asintió impotente, antes de recordar de repente a la Señora Marie. “Oh, cierto. Tina, ¿guardaste el número de la Señora Marie de antes?”.

Tina asintió. “Dijiste que las antigüedades de la Señora Marie eran muy importantes, así que guardé su contacto. ¿Quiere que la llame ahora?”.

“No”. Wilbur negó con la cabeza. “Por ahora no. Avíseme a primera hora si se pone en contacto con nosotros, eso es todo”.

Las antigüedades de Marie eran muy importantes, pero a Wilbur también le preocupaba otra cosa. Aquel anciano de la subasta no parecía conocer los poderes que encerraba en el meteorito, y cualquier persona normal se negaría a pagar más de cincuenta millones de dólares por él.

Sin embargo, aquel anciano había ofrecido setenta millones de dólares, lo que significaba que tenía que tener algún tipo de relación especial con el lado de Marie del clan Jonan.

Como ex-mercenario, Wilbur tenía un don para leer a la gente. Algo en el brillo de los ojos del anciano le decía a Wilbur que sin duda había algo entre él y el clan Jonan.

“Si”. Asintió Tina. “Su nombre es Greg Jonan, y te está esperando en el balcón. Espera verte”.

Wilbur asintió. Había esperado poder evitarlo, pero el tipo había llamado a su puerta y Wilbur no se oponía del todo a reunirse con él.

Wilbur también tenía algunas preguntas sobre las que le gustaría llegar al fondo, por si pudiera haber algún malentendido en el futuro.

El balcón tenía un hermoso tono dorado por los últimos rayos del sol cuando Wilbur llegó, y el anciano se colocó de espaldas a Wilbur mientras murmuraba. “Qué hermosa puesta de sol. No puedo creer que exista un lugar con tanta paz y tranquilidad en una ciudad tan ajetreada”.