Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 1906

La voz de Damon era fría, y sus ojos rojos como la sangre. Estaba ciego de rabia y odio y apenas podía escuchar una palabra cuando empezó a atacar una vez más. Wilbur se lanzó detrás de Damon, gritando. "¡Toma esto!".

Hubo una fuerte colisión cuando Wilbur golpeó a Damon en la espalda. El dragón dorado de su brazo salió disparado, atravesando el cuerpo de Damon y destrozando todos sus núcleos de cristal de fuego. La invisibilidad de Damon se desvaneció de golpe y cayó al suelo.

El dragón dorado lanzó un grito en el aire antes de desaparecer en un mar de partículas doradas.

"¡Están todos rotos! Todos están jodidamente rotos".

Damon dio un puñetazo en el suelo, mirando al hombre de la túnica negra mientras su pecho se agitaba. Damon sufrió una fuerte arcada y le brotó sangre por la nariz y la boca mientras se retorcía de dolor.

"M-Maestro".

Damon se levantó con dificultad y se arrodilló ante el hombre de la túnica negra. "S-Sálveme, Maestro... No quiero morir".

"Eres un jodido inútil, ¡ya no tiene sentido tenerte cerca!".

La mano derecha del hombre se convirtió en una garra que levantó hacia Damon, quien fue succionado por la mano del hombre al instante. Una sustancia negra y pegajosa salió de la palma de la mano del hombre, deteriorando el cuerpo de Damon como si fuera ácido, mientras una nube de niebla negra lo envolvía.

En menos de un minuto, la niebla negra había desaparecido. Damon había desaparecido, y lo único que quedaba de él eran sus ropas destrozadas. El hombre de la túnica negra miró la ropa con frialdad, mientras su pecho subía y bajaba. "¡Bastardo! ¿Sabes cuánto me costó criarte? ¡Lo único que te importó fue divertirte y dejarme en esta situación!. ¡Te lo merecías!".

Wilbur miró asombrado al hombre de la túnica negra. "¡Tú! ¿Tú lo devoraste?".

"Te equivocas", dijo Wilbur. "Yo no maté a Damon. Fuiste tú. Además, prefiero morir que trabajar para ti. Sigue matándome si vas a hacerlo".

La sangre goteaba de la nariz de Wilbur mientras hablaba.

El hombre dijo. "Parece que usaste a la fuerza tu habilidad natural hace un momento, y eso ha causado daños internos en tu cuerpo, reduciendo a la mitad tu poder de combate. No será difícil matarte".

"¡Ja! ¿De verdad crees eso? ¡Vamos a ver, entonces!".

"¡Vamos, déjame poner mis manos en tu habilidad!".