Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 1972

Los demás bajaron la cabeza ante las palabras de Perry, quien preguntó: "Bernard, ¿te asustarás si Wilbur Penn realmente es el elegido de nuestro maestro?".

"No".

"¿Por qué no?".

Bernard se burló. "Yo habría muerto hace mucho tiempo si no hubiera sido por el Maestro. Él es la única razón por la que tenemos el privilegio de la vida, y he vivido durante mucho tiempo. Además, prometimos nuestra lealtad al Maestro en primer lugar. La muerte no es algo que temo".

"Entonces, ¿no le temes a Wilbur?".

Bernard se burló. "¿Por qué debería? Si él es el elegido del Maestro, estaríamos destinados a morir en sus manos. Si él no es el elegido, seremos nosotros quienes lo matemos. Todo lo que tenemos que hacer es intentarlo lo mejor que podamos y dejar el resto en manos del destino".

"Tienes toda la razón. Vámonos".

Los Panteras Negras se subieron a un coche y Bernard preguntó: "Perry, ¿adónde vamos?".

Perry dijo: "A la mansión del gigante automovilístico, Billy Erwin".

"¿Te refieres a Billy Erwin de Automotriz Kaylee?".

"Sí. Es uno de los hombres del Maestro y solo llegó hasta este día gracias al Maestro".

"Ya veo".

Los Panteras Negras llegaron a la mansión de Billy, donde discutieron cómo iban a ir tras Wilbur. Perry les contó a todos sobre su batalla contra Wilbur y dijo: "Wilbur es extremadamente poderoso y creo que ya está en el nivel máximo de Santuario. Estamos destinados a perder si luchamos confiando únicamente en nuestras habilidades".

"¿Qué?".

Perry se congeló. En ese momento, el recuerdo de su batalla contra Wilbur lo golpeó y se dio la vuelta para gritar: "¡Mierda! ¡Retírense! ¡Eso era un clon!".

En ese momento, la puerta se abrió de golpe de par en par con un golpe. Wilbur se quedó ahí de pie mientras una poderosa aura de dragón irrumpía en la habitación, seguido por un dragón largo hecho con aura de dragón que atacaba contra la habitación.

El dragón voló por la habitación, arrojando a los ocho miembros contra la pared con su cola cuando el hechizo de invisibilidad se rompió y aparecieron.

El aura del dragón se desvaneció y Wilbur miró a los Panteras Negras con frialdad. "Supongo que no me van a escuchar. Bueno, entonces no hay necesidad que sea amable".

"¡Retírense!", Perry rugió y, y los ocho hombres se dieron la vuelta para saltar del balcón de Wilbur. Cuando Wilbur llegó ahí, los Panteras Negras ya no estaban a la vista.