Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 2248

Wilbur asintió con impotencia, comprendiendo que era cierto el dicho "Cuando estés en Roma, actúa como los romanos". Caitlyn tenía razón. Cada lugar tenía sus propias costumbres, y lo que hacían los locales, los forasteros no lo podían entender y no había que darle demasiadas vueltas.

Después de conversar un rato, Caitlyn dijo: "En realidad, hay algo muy importante que tengo que hacer esta vez. Wilbur, ¿tú crees en el destino?".

"¿El destino? ¿Qué quieres decir?".

Caitlyn explicó que hace tres años, cuando ella y su novio llegaron por primera vez a Wrecknam, la ciudad desierta, tuvo un encuentro casual con una profeta local, una mujer que era capaz de predecir el futuro.

Esta profeta se llamaba Angelia.

En aquel momento, Angelia había predicho que Caitlyn y su novio tendrían una relación de tres años, y que después terminarían. Caitlyn no se lo creía entonces, pero tres años después, todo sucedió exactamente como Angelia le había dicho.

Aunque tenía el corazón roto, Caitlyn estaba ansiosa por saber si podría recuperar la relación con su exnovio y saber más sobre su futuro destino.

Después de escuchar la historia de Caitlyn, Wilbur frunció el ceño. Solo había escuchado una leyenda sobre profecías: en las dimensiones superiores, poderosos guardianes podían predecir el futuro.

En su actual dimensión inferior, Wilbur no creía que nadie fuera capaz de predecir el futuro. Por eso no le convencía la reputación de Angelia y dijo: "Quizá simplemente estaba adivinando. Podría ser una coincidencia".

Caitlyn respondió: "Yo tampoco me lo creo, pero no puedo olvidarlo. ¿Puedes acompañarme a buscar a Angelia? Tengo muchas ganas de saber la respuesta".

Como había algunas sillas en el patio, Wilbur cogió una y se sentó a esperar tranquilamente. Después de una hora, todos los que estaban delante de Caitlyn ya habían entrado y salido, y por fin era su turno. Sin embargo, ella regresó después de apenas diez minutos de haber entrado, saliendo con la cabeza agachada.

"¿Por qué fue tan rápido?". Preguntó Wilbur.

"Sí", respondió Caitlyn, con los ojos enrojecidos por las lágrimas. Ella sacudió la cabeza y salió rápidamente del patio. Wilbur se apresuró a seguirla. Una vez fuera, Caitlyn aceleró el paso y empezó a correr, y Wilbur solo pudo seguirla.

Pronto llegaron a la muralla de la ciudad desierta. Caitlyn subió rápidamente las escaleras y Wilbur la siguió. Cuando Wilbur llegó arriba, vio a Caitlyn de pie en el borde. Rápidamente le dijo: "Caitlyn, no hagas ninguna tontería. Tranquilízate. Pase lo que pase, podemos hablarlo".