Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 2348

Marshall miraba atentamente desde el balcón de enfrente, observando la situación. Cuando vio que Johnson se acercaba a la esquina, se le dibujó una sonrisa en los labios. Pensó que Johnson lo había visto y se sentía avergonzado, por eso se había escondido.

En ese momento, Marshall sintió un gran orgullo. María, que había sido la mujer de sus sueños, por fin era suya. Al principio, ella había sido la mujer de Huck, pero ahora era suya. Con la posibilidad de ganar doscientos millones al alcance de la mano, Marshall creía que era una oportunidad de oro que el destino le había otorgado.

Una vez cerrado el trato y transferidos los doscientos millones, Marshall planeaba llevarse a María y abandonar Moda inmediatamente, dirigiéndose a los Estados Aliados. Hasta se imaginó escenas de María cambiándoles los pañales a sus hijos en su nueva vida allí.

Como un ganador, Marshall no quería perder más tiempo con Johnson. El alboroto del día había marcado el destino de Johnson. Había matado a mucha gente y las autoridades de Moda no lo dejarían libre. Pero a Marshall ya no le importaba el futuro de Johnson.

Sin perder tiempo, Marshall cogió el teléfono y volvió a llamar a Johnson. Mientras se llevaba el teléfono a la oreja y miraba hacia el balcón de enfrente, de repente, el Robot Satán saltó del balcón y se lanzó hacia el edificio donde estaba Marshall.

En un instante, el terror se apoderó del rostro de Marshall y el teléfono se le escapó de las manos. Según sus cálculos, el Robot Satán ya debería haber gastado toda su energía. Marshall creía que Johnson ya no podía utilizarlo.

Había planeado confirmar la transferencia de los doscientos millones, dejar el metal de activación y escapar. Sin embargo, Marshall no había anticipado que al Robot Satán aún le quedaba algo de energía. Johnson había planeado una ruta de escape, mientras que Marshall se había creído estúpidamente el engaño de Johnson.

"¡Maldita sea, me engañó!".

Al darse cuenta del peligro, Marshall se giró para huir, pero ya era demasiado tarde. Johnson ya había metido el Robot Satán en el pasillo. Levantó su brazo de ametralladora y apuntó hacia Marshall, gruñendo: "No te muevas o te dispararé".

"¡Por favor, me rindo! ¡No me mates!".

Marshall dejó el metal de activación en el suelo, levantó las manos lentamente y se giró para mirar al Robot Satán. Sabía que si no se rendía, Johnson seguramente le dispararía. Si se rendía ahora, tendría una pequeña posibilidad de sobrevivir.

"Amo Johnson, ¿puedo irme ahora?".

"¡Por supuesto, te mandaré de camino ahora mismo!".

Johnson apretó el gatillo, y un montón de balas atravesaron el cuerpo de Marshall, dejándolo lleno de agujeros. Los ojos de Marshall se abrieron de par en par con incredulidad mientras se derrumbaba sin vida en el suelo.

"¡Maldito bastardo!".

Johnson salió de la cabina y se puso de pie junto al cadáver de Marshall. "Pero debo darte las gracias. Si no hubiera sido por tu aventura con María, podría haber llegado a casarme con esa mujer. Pero ahora, eso está fuera de discusión. Hay muchas mujeres en el mundo, perder a María no es gran cosa".