Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 2416

El dragón dorado fulminó con la mirada al Mensajero Oscuro, soltando un grito de furia.

Al segundo siguiente, Wilbur percibió un poderoso remolino formado por el aura del dragón y fue absorbido por el espejismo antes de que pudiera reaccionar. El espejismo comenzó a dispersarse justo después, desapareciendo lentamente de su vista.

El Mensajero Oscuro flotaba en el aire, apretando los dientes y los puños. "¡Maldito bastardo, saltó al espejismo! ¡Quédate ahí el resto de tu vida si quieres ver el final! ¡Te mataré en el momento en que salgas!".

Al decir esas palabras, el Mensajero Oscuro desapareció también. La batalla entre él y Wilbur había sucedido muy lejos de tierra firme, y había cultivadores que aparecían en Wendis para buscar el secreto detrás de esos espejismos todo el tiempo, así que su pelea no provocó mucho alboroto.

La gente de la playa aún se asombraba de la belleza del espejismo y suspiraba con nostalgia por lo poco que había durado.

Por otro lado, Orkot, el Dragón Acuático, abrió los ojos desde donde se encontraba, tumbado en el fondo de un lago. En su mirada brilló la alegría y dijo: "¡Después de todo, ese chico consiguió entrar en el espejismo! A partir de ahora, todo depende de él. Ese espejismo es más o menos una dimensión intermedia".

Wilbur aterrizó en las costas de Wendis, en el espejismo. Tosió bocanadas de sangre mientras miraba al cielo. La apertura en las nubes se iba haciendo cada vez más pequeña antes de desaparecer por completo. Finalmente, Wilbur lanzó un suspiro de alivio.

El espejismo se parecía a Wendis, pero seguía siendo una dimensión completamente distinta. Al menos, entrar en el espejismo ayudó a Wilbur a escapar temporalmente de la persecución del Mensajero Oscuro.

Sin embargo, Wilbur sabía que este era solo el primer paso. Si no conseguía mejorar su cultivo aquí, estaba condenado a ser aniquilado por el Mensajero Oscuro y el Señor Oscuro en cuanto regresara a la Tierra.

Observando los interminables desiertos que lo rodeaban, Wilbur se sentó y cerró los ojos para meditar. Puede que estuviera en el desierto, pero Wilbur podía sentir que el aura del dragón aquí estaba cien veces más concentrada que en todos sus encuentros anteriores.

Wilbur caminó penosamente por las arenas durante todo un día y una noche, pero descubrió que seguía rodeado de interminables desiertos. El sol le daba sin descanso y a Wilbur le ardió la piel mientras decía: "¡Dios, esto parece un horno! Si por lo menos hubiera agua. Te juro que preferiría que estuviera nevando".

Justo cuando decía eso, empezaron a caer copos de nieve del cielo. Wilbur atrapó uno de ellos y luego miró hacia abajo para ver que la arena bajo sus pies había sido reemplazada por una gruesa capa de nieve. A su alrededor también había infinitas montañas de nieve, y ante él se extendía un enorme lago. De alguna manera, su agua no estaba congelada a pesar del clima.

"¿Pero qué...?".

Wilbur parpadeó antes de salir corriendo hacia el lago. Se agachó junto a la orilla, metió las manos en el agua y empezó a beber a toda prisa.