Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 298

Los trucos de Moose podía conseguirlos cualquier cultivador, pero utilizarlos para ganar dinero era algo que Wilbur no había visto nunca.

El cultivo costaba mucho dinero, pero ningún cultivador era tan desvergonzado como para caer tan bajo. ¿Cómo iba a dar la cara si los demás cultivadores se enteraban?

Moose era realmente desvergonzado.

Moose dijo en voz baja: "Depende de si tienes lo que hay que tener si quieres ayudar a los demás. No actúes impulsivamente y arriesgues tu propia vida".

"Puede que muera, pero desde luego tú no tienes lo que hay que tener".

Wilbur investigó un poco a Moose. Solo era un cultivador principiante de nivel Aura. ¿Qué tan poderoso podía ser?

Moose estaba furioso. Gritó: "¡Eres un escandaloso!".

Mientras hablaba, sacó una jarra de arcilla de la bandolera que llevaba. Lo infundió con su energía espiritual. En un abrir y cerrar de ojos, una espesa niebla negra salió de la vasija y cubrió el techo. En el interior de la niebla negra resonaban inquietantes voces de fantasmas y siniestras apariciones acechaban en la habitación. La escalofriante atmósfera provocó escalofríos en todo el mundo.

Las personas que esperaban en la cola gritaban porque sentían la presencia de espíritus malignos. Rápidamente retrocedieron. Sammy y Dom también se asustaron y se pusieron pálidos. Se quedaron cerca de Wilbur y no se atrevieron a moverse ni un centímetro.

"Mi Hechizo de Formación Fantasmal les quitará la vida", gritó Moose.

Wilbur se mofó y dijo: "No hables tan bien del mal vudú".

Moose se puso furioso por la indignación. Gritó en tono rabioso: "¡Muere!".

Innumerables fantasmas aparecieron en un instante. Se lanzaron hacia Wilbur con afiladas garras.

La habitación quedó instantáneamente embrujada y escalofriante.

Sammy gritó y se agarró a su camisa, cerrando los ojos con fuerza.

Dom también parecía asustado, pero mantuvo la calma mientras apretaba la mandíbula de pie junto a Wilbur.

La gente que esperaba en la cola estaba muerta de miedo. Temblaban de miedo.

Un solo rayo había destruido los fantasmas que había alimentado durante más de diez años. Comprendió que Wilbur estaba muy por encima de él.

Wilbur miró la vasija de arcilla que Moose sostenía. Rápidamente alargó la mano para coger el aire y el tarro de arcilla apareció en su mano. Lo miró y sonrió. Dijo: "Es un Arma Espiritual. Es bonita, así que me la llevaré".

Luego, arrojó el tarro de arcilla a su demiplano. El tarro de arcilla podía ser un sacrificio, así que se lo quitó a Moose.

Alce se sintió desconsolado y afligido al instante. La vasija era su tesoro, pero Wilbur le tenía demasiado miedo como para hacer ruido, así que solo pudo ver impotente cómo se la llevaban.

"¿Qué otra cosa puedes hacer? Enséñame lo que tienes", dijo Wilbur con calma.

Moose se quedó atónito. Entonces, bajó la cabeza. Conocía algunos hechizos, pero eran mucho más débiles que la vasija de barro. ‘¿De qué sirve hacer hechizos?’, pensó Moose.

Wilbur se dio cuenta de que Moose no hablaba, así que le dijo fríamente: "Rompe esta maldición si no tienes lo que hay que tener, o de lo contrario...".

"No puedo", dijo Moose.