Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 302

Wilbur se quedó en silencio.

Aquellas palabras aterrorizaron a Sammy y miró a Wilbur. "Señor, estoy un poco asustada. Usted...".

"No te preocupes. Solo estoy pensando si debería deshacerme de ellos o no. ¿De verdad crees que no sería capaz de vencer a su maestra?". Wilbur sabía exactamente lo que le preocupaba a Sammy.

Sammy se sonrojó incómodamente y se mordió el labio. "No me refería a eso".

"Solo te estoy diciendo que no tienes por qué preocuparte. Todavía puedo manejar todo esto", dijo Wilbur con calma.

Moose pareció decidirse entonces y se volvió hacia Wilbur. "Señor, si realmente vence a mi maestra... ¿puede también hacer que rompa mi maldición? No puedo soportarlo más".

Wilbur miró directamente a Moose. "Puedo, pero solo si juras cambiar para mejor".

"¡Le serviré el resto de mi vida si consigue que mi Maestra rompa mi maldición!".

"Por favor. Sería un hazmerreír si aceptara a un sinvergüenza como tú".

Moose bajó la cabeza avergonzado. Era cierto que lo que había hecho era poco agradable.

Wilbur no dijo nada más y el resto del viaje transcurrió en silencio. Después de una mañana conduciendo, el coche se detuvo por fin donde ya no había más carreteras, y no les quedó más remedio a todos que bajarse y caminar.

Dom llevaba a Sammy a la espalda, pero era evidente que le faltaban las fuerzas. Wilbur lo vio y le arrebató a Sammy, continuando adelante a la misma velocidad.

Sammy tenía la cara sonrojada, pero lucía una sonrisa de felicidad. Dom vio esto y su mirada brilló con algo ilegible.

Más de una hora después, llegaron por fin a una aldea.

La aldea estaba formada por más de doscientas casas construidas con bambú. Estaba situada justo enfrente de una colina y ofrecía unas vistas impresionantes.

Sin embargo, estaba en medio de la nada. ¿Quién sabía cómo sobrevivían estos habitantes?

En ese momento, Moose señaló la casa de bambú de tres pisos más alta. "Ahí es donde vive mi maestra, pero normalmente no se nos permite entrar".

Wilbur se rio entre dientes. "Vamos entonces".

A continuación, entraron en la aldea.

Sammy seguía en la espalda de Wilbur y tembló al sentir que un aura espeluznante la envolvía.

"Esto se siente un poco raro". Dom frunció el ceño.

Wilbur dijo: "Ya es mediodía, pero no hay nadie a la vista. Es raro".

En ese momento, una anciana salió de la casa de bambú de tres pisos.

Tenía la espalda completamente encorvada y una larga cabellera blanca que prácticamente tocaba el suelo.

Se acercó cojeando con el bastón que empuñaba y se acercó a Wilbur y a los demás.