Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 303

"Moose, ¿traes sacrificios vivos aquí esta vez?". La anciana levantó la cabeza, mostrando un rostro que parecía completamente desprovisto de hidratación y vida. Sammy jadeó aterrorizada; estaba muerta de miedo.

Moose temblaba de pies a cabeza, inclinándose ante la anciana. "Maestra, esta gente me amenazó. No tuve elección".

Wilbur bajó a Sammy, dejando que Dom la sostuviera mientras se reía de él. "¡Vamos, bastardo traidor!".

Moose se sonrojó, sin atreverse a decir otra palabra.

Wilbur se volvió para mirar a la anciana. "¿Eres Darlene Chancelot?".

"Sí que lo soy. Moose parece tenerte bastante miedo. Eso es muy impresionante, jovencito", ronroneó Darlene.

Dom y Sammy se sorprendieron esta vez. Ninguno de los dos había esperado que la terrible y malvada maestra de Moose fuera una anciana.

Esta anciana también parecía tener un pie en la tumba, pero resultó ser, en cambio, una cultivadora, de las que necesitan incontables cadáveres para practicar su cultivo.

Nadie lo habría creído de no haberlo visto.

Wilbur se limitó a sonreír. "Claro, solo he venido por una cosa".

Sacó el collar y se lo tendió a Darlene. "Rompe la maldición de este collar y renuncia a cultivar. Te perdonaré la vida si lo haces".

"¡Jajajaja!". Darlene estalló en carcajadas mientras su cuerpo arrugado se sacudía en busca de aire.

"Admiro tu valor, joven. Estaba buscando un cadáver como el tuyo para ser el líder aquí de todos modos. Será un honor para ti. Moose hizo un buen trabajo esta vez", dijo Darlene entre jadeos.

La expresión de Wilbur se ensombreció. "Supongo que entonces no lo haremos por las buenas".

Darlene dijo: "Hace años que no tengo gente viva en esta aldea mía. No puedo creer que el primero que venga sea tan engreído. ¿Acaso mi nombre ya no significa nada hoy en día?".

Mientras hablaba, la mujer llegó junto a Wilbur y extendió los brazos para agarrarlo.

Sus dedos estaban abiertos, dejando ver sus largas uñas que emitían una niebla verde; estaba claro que eran venenosas.

Wilbur se mofó, blandiendo su cuchilla de trueno.

La hoja de la cuchilla se balanceó hacia abajo, cortando a la mujer limpiamente por la mitad.

En ese momento, las dos mitades de la mujer estallaron en incontables pedazos. La sangre se convirtió en una niebla verde que se extendió en dirección a Wilbur.

Su expresión se ensombreció. Una ráfaga de luz surgió de la energía espiritual de su cuchillo de trueno y dispersó la niebla venenosa.

La niebla se elevó hacia el cielo.