Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 310

"Mis disculpas. La vieja bruja te maldijo personalmente, así que la maldición aún no se ha eliminado", dijo Wilbur.

La expresión de Sammy cambió a una de terror. "¿Qué voy a hacer entonces?".

"No te asustes. Tengo una idea. Simplemente va a ser un poco más problemático", dijo Wilbur.

Sammy se tranquilizó al oír que había una salida. Después de todo, Wilbur había sido lo suficientemente poderoso como para que ella pudiera confiar en sus palabras.

Dom frunció ligeramente el ceño. Había oído decir antes a Wilbur que la maldición podía romperse por la fuerza.

Pero entrar en el espíritu de Sammy podría conllevar el riesgo de hacerle daño y sería peligroso hasta cierto punto.

Por otra parte, Darlene estaba muerta y no había otra solución.

Sammy, Dom y Moose miraron el suelo lleno de cadáveres. Un escalofrío les recorrió la espalda.

Wilbur había matado entre cuatrocientos y quinientos zombis, así como al gigante zombi que se formó después. Incluso había sido capaz de desviar el hechizo mortal de Darlene al final, por el que ella había sacrificado su vida.

Lo único que podía decirse era que Wilbur era demasiado poderoso.

Wilbur miró a su alrededor antes de recoger el bastón que había dejado Darlene. Parecía una contribución bastante decente al Altar del Dragón.

Sonrió y lo arrojó a su demiplano. Lo consideró un éxito, ya que las contribuciones eran realmente difíciles de encontrar.

"Prende fuego al lugar y nos iremos a casa. Pensaré en una forma de romper tu maldición", le dijo Wilbur a Sammy.

Ella asintió en respuesta. Moose se acercó y estaba a punto de decir algo cuando se oyeron unos pasos apresurados.

Su expresión cambió de inmediato y desenfundó su arma para apuntar a Wilbur. "¡Esto es parte de un cadáver! ¡Dinos qué has hecho aquí! ¿Qué les pasó a los aldeanos de aquí?".

Gibby miró alrededor de la aldea, pero el cañón de su arma seguía apuntando a Wilbur. Aquí había ocurrido una masacre y parecía que se habían producido muchas bajas. Era un caso importante.

Justo entonces, Lee gritó: "¿Oh? ¿También asesinaron a gente? ¡Llévatelos a todos, Gibby!".

"Señor Shoreson, este es un caso grave que no podemos sacar en privado. Hay que abrir una investigación". Gibby frunció el ceño.

Lee resopló. "Puedes decirme si no necesitas tu trabajo y haré que mi padre te despida en este mismo instante para que puedas volver a las montañas".

Gibby estaba furioso, pero no había nada que pudiera decir. Lee se dio cuenta y agarró la pistola que Gibby tenía en la mano para apuntar a Wilbur.