Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 309

Al mismo tiempo, utilizó lo que le quedaba de energía para agitar el bastón hacia Wilbur.

La niebla gris del bastón se convirtió en una sombra fantasmal que enseñó los colmillos y se abalanzó sobre Wilbur.

La aldea pareció quedar envuelta en un aura de muerte cuando apareció el fantasma, haciendo que todas las plantas de los alrededores se marchitaran y murieran.

Wilbur, el objetivo de la Masacre de Almas, soportaba lo peor de esta aura.

Comprendió entonces que le resultaría difícil resistir la Masacre de Almas, aunque duplicara sus poderes.

Después de todo, esta bruja con poderes de nivel Santuario estaba sacrificando su propio espíritu y vida para lanzar su hechizo más poderoso. La fuerza por sí sola no iba a ser suficiente para vencerla.

Dom y Sammy contemplaban cómo la aldea se convertía en un infierno en la tierra en tiempo real, con el corazón temblándoles de miedo.

Moose también estaba pálido de terror. Sabía que su maestra tenía un hechizo tan poderoso que mataría a cualquiera que fuera su objetivo, pero no había esperado que fuera tan escalofriante.

Darlene se sostenía con su bastón, apareciendo en su rostro una vil sonrisa mientras soltaba una risita.

Sin embargo, justo en ese momento, Wilbur guardó todos sus poderes cuando apareció a su alrededor un halo de colores que lo envolvió por completo.

La gigantesca sombra fantasmal chocó contra el halo y desapareció al segundo siguiente sin hacer ruido.

Darlene se quedó sin palabras. No podía creer que el hechizo asesino por el que había sacrificado su vida y su espíritu hubiera fallado.

Cualquiera que fuera alcanzado por el hechizo sería usurpado por el fantasma, quedando su alma y espíritu completamente destruidos. ¿Cómo había resultado así en su lugar?

Los pies de Wilbur estaban a un metro del suelo, flotando en el aire con las manos a la espalda mientras miraba fríamente a Darlene desde el interior del halo.

Dejó escapar un suspiro. Había que reconocer que la vieja bruja era realmente poderosa.

De no haber sido por su nuevo poder, Wilbur habría sido un caso perdido.

Quitó la barrera, de modo que Sammy y los demás también pudieron moverse nuevamente. Se apresuraron a acercarse a Wilbur, mirándolo con asombro y respeto.

Moose apenas podía contener su alegría. "¡Señor, creo que mi maldición ha sido levantada!".

"Sí. Tu maldición no era demasiado severa, así que por supuesto se rompería una vez que la persona que te maldijo muriera", dijo Wilbur.

"Por fin soy libre", dijo Moose entre lágrimas, inclinándose profusamente hacia Wilbur.

Justo entonces, Sammy dijo: "Señor, mi maldición también debería ser eliminada, ¿verdad?".