Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 418

Jarlon y Jobu eran los mejores luchadores de Maníaco, hábiles y despiadados en sus formas y temidos por todos. ¿Qué acababa de ocurrir?

Haley también estaba conmocionada. Sabía mejor que nadie lo fuertes que eran ambos hombres. A pesar de ello, habían sido derribados con un solo golpe.

Justo entonces, Maníaco soltó una carcajada. "Nada mal. No me extraña que tuvieras tanta confianza como para crear problemas aquí".

"En eso tienes razón. Si no, no me habría atrevido", respondió Wilbur con calma.

La expresión de Maníaco se ensombreció. Parecía un asesino. "Me temo que aún tienes mucho que aprender. Supongo que podrás hacerlo en la próxima vida".

Después de decir eso, soltó un rugido. Una ola de presión espiritual salió de él y empezó a extenderse por su cuerpo.

La mirada de Maníaco se había vuelto inyectada en sangre como la de un tigre feroz a la espera de atacar. Aulló con fuerza.

Haley se alejó para esconderse. El resto del personal del club la siguió.

Todos sabían que el señor Ack mataba a cualquiera que se interpusiera en su camino cuando perdía los estribos, incluso a sus propios empleados.

Maníaco lanzó otro aullido, haciendo volar por los aires la mesa en la que Wilbur estaba sentado. La mesa se rompió y se hizo añicos al chocar contra el suelo, volando astillas por todas partes.

Sus puños brillaron y empezó a golpear a Wilbur.

Se oía un fuerte silbido cada vez que Maníaco daba un puñetazo.

Wilbur también se puso en pie. Con una mano en el bolsillo, utilizó la otra para desviar todos los puñetazos de Maníaco a la vez.

Sin embargo, Maníaco no se detuvo. Al contrario, sus ataques se volvieron más feroces.

La velocidad de sus puñetazos se intensificó y el zumbido de sus puños al avanzar se hizo aún más fuerte.

La expresión de Maníaco finalmente se volvió solemne y miró fijamente a Wilbur. "Tú también eres un cultivador de Aura máxima".

Wilbur no confirmó ni negó la afirmación. En lugar de eso, miró a Maníaco con desdén.

Su actitud burlona enfureció a Maníaco una vez más, haciéndolo rugir mientras decía: "¡Toma esto, bastardo!".

Maníaco agarró su muñeca derecha, con el aura de la llama de su puño derecho ardiendo intensamente. Un rato después, un tigre de aspecto asesino emergió de las llamas.

El aura del tigre provocó una inmensa ola de presión espiritual que se extendió más de diez metros a su alrededor. Haley y el resto podían sentir como su respiración se volvía irregular por ello, casi desmayándose.

"¡Tigre Devorador de Cielo!", aulló Maníaco, cargando hacia Wilbur.

Levantó su puño derecho en el aire, el tigre de aura soltó un rugido escalofriante que hizo que Haley y el resto se ablandaran en las piernas y se desplomaran al instante.