Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 470

Cuando la plaza quedó vacía, Elsa y su equipo entraron en el campo de batalla.

Echaron un vistazo a los devastadores restos dejados atrás y resoplaron asombrados.

...

Wilbur y Ryder regresaron a la Isla Lago Marino y subieron al puente.

De repente, una figura apareció a la vista pidiendo ayuda a gritos.

Wilbur se dio la vuelta. Bajo la luz de la luna estaba Gertridge, sangrando por la comisura de los labios y tropezando con sus pies al abrirse paso.

Saltó del puente y aterrizó pesadamente en la Isla Lago Marino.

Detrás de ella, una figura se detuvo en seco antes de esconderse tras el árbol más cercano.

Wilbur agarró el supercañón de Ryder y disparó.

Un sonido ensordecedor retumbó en el aire y el árbol tras el que estaba la figura se partió por la mitad. La figura lanzó un grito de agonía, volando a más de diez metros de distancia y huyendo ensangrentada.

"¿Quieres que vaya tras él?", preguntó Ryder.

Wilbur hizo una mueca. "Más vale que esto no vuelva a ocurrir o juro que destruiré Flores de Ribera".

No estaba claro si la figura herida había oído a Wilbur mientras desaparecía en la noche.

A juzgar por la sangre dejada atrás, el asaltante estaba definitivamente en mal estado, si no muerto.

Wilbur le pasó el supercañón a Ryder, que dijo: "Tú lo manejas mejor que yo".

"Hace años que no uso un arma", dijo Wilbur.

Ryder se quedó sin habla.

"Nivel Santuario máximo. Posee misteriosos poderes, incluido un hechizo de Orden Superior llamado Lanza de la Muerte, que probablemente no sea el límite de sus posibilidades".

Envió el mensaje y pulsó el botón secreto. La luz azul desapareció y después se puso a escribir el informe.

Constantino volvió a la iglesia y se encontró por casualidad con el obispo de patrulla. "¿A dónde fuiste? Estás de turno para la limpieza nocturna. ¿Por qué no lo has hecho?".

"Lo siento, obispo, tenía que hacer unos recados. Ahora mismo me pongo a limpiar". Constantino cogió enseguida una escoba y se puso a barrer.

Eileen regresó a su habitación, cayendo directamente en la cama, sin siquiera desvestirse mientras murmuraba: "¡Increíble! Realmente increíble. Realmente, realmente parece muy probable".

Justo en ese momento, Wilbur se sentó por fin en su habitación, apoyado en la cama por el cansancio.

La Lanza de la Muerte le había drenado la energía espiritual y estaba absolutamente agotado.

Sin embargo, pensar en el cadáver de Cadillacia le hizo animarse y entrar en su demiplano.