Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 469

Esa era la tercera forma de Cadillacia y su poder era el del nivel máximo Santuario en términos de velocidad, fuerza y energía espiritual.

Los espolones óseos tenían elementos de violencia, destrucción y penetración defensiva. Cualquier herida causada por él estaba destinada a ser fatal.

Cualquier cultivador de nivel Santuario que se enfrentara a Cadillacia habría sido derribado. Cadillacia había perdido la cabeza por completo entonces, ajeno al dolor y negándose a retroceder. Estaba en un estado en el que nadie se atrevería a luchar contra él.

Eileen y Constantino también estaban nerviosos. Ninguno de ellos podía ver a Wilbur derrotando a Cadillacia en su tercera forma.

Si Wilbur perdía, el estado de locura de Cadillacia podría acabar con toda la Ciudad Seecher como ofrenda a su Dios de la Sangre.

Constantino dudó antes de soltarse las esposas de las muñecas.

Eileen apretó los dientes. Buscó una botella de elixir rojo y se dispuso a bebérsela.

Cadillacia se acercaba a Wilbur justo cuando este terminaba el complicado hechizo que había estado lanzando, juntando las palmas de las manos y gritando: "¡Lanza de la Muerte!".

Una larga lanza hecha de símbolos grises apareció detrás de Cadillacia en un abrir y cerrar de ojos.

"¿Magia de Orden Superior?", gritó Constantino conmocionado. Las cejas de Eileen se fruncieron y retrocedió cien metros mientras sostenía la botella de elixir.

Cadillacia ya estaba frente a Wilbur, con los espolones óseos a punto de clavárselos.

Sin embargo, la Lanza de la Muerte ya había penetrado en el cuerpo de Cadillacia.

Cadillacia se detuvo en seco. Todo lo que podía sentir era toda la energía drenando de su cuerpo, e incluso su espíritu se estaba desintegrando.

Los espolones óseos se detuvieron justo un centímetro antes que Wilbur, uno de ellos prácticamente tocando su párpado.

A pesar de todo, Wilbur no tenía intención de evadirse tras acabar con la Lanza de la Muerte, permaneciendo allí en silencio.

Por fin, el enorme cuerpo de Cadillacia cayó, levantando una nube de polvo al aterrizar en el suelo.

Eileen y Constantino dejaron escapar un largo suspiro de alivio, levantándose y dirigiéndose hacia el cadáver de Cadillacia.