Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 513

Faye se retorcía en los brazos de Wilbur mientras se despertaba lentamente y sus movimientos lo estimulaban aún más.

Por un instante, Wilbur sintió el impulso de llevarse a Faye a su habitación y acabar de una vez.

Sin embargo, pensándolo mejor... todavía tenía muchos problemas que no había solucionado.

El método de cultivo que Wilbur estaba practicando era extremadamente exigente para su bienestar físico y el más mínimo descuido podría causarle la muerte.

Además, estaba el problema de la Iglesia del Sangreísmo.

Uno de los doce apóstoles del Sangreísmo ya era bastante molesto. Era obvio que su líder sería aún más fuerte.

Wilbur se había convertido en un enemigo acérrimo de la Iglesia del Sangreísmo y no se sentiría tranquilo hasta que acabaran con ellos.

Hasta entonces, tendría que posponer cualquier pensamiento sobre sí mismo y Faye.

¿Y si le ocurría algo? Faye tendría que pasar el resto de su vida sola...

Ese pensamiento hizo que Wilbur dejara escapar un suspiro. Canalizó un poco de energía espiritual para ayudar a Faye a caer en un profundo sueño antes de llevarla a su habitación y taparla con las mantas. Wilbur volvió a la sala de estar y continuó meditando.

...

En los Campos de los Esqueletos, la figura alta seguía inclinada de lado, sentada en su trono de calaveras, mirando a lo lejos como una estatua.

El anciano jorobado que sostenía un bastón de calavera apareció ante el trono una vez más, haciendo una profunda reverencia. "O' Honorable Dios de la Sangre, el espíritu de nuestro séptimo apóstol se ha apagado para siempre. También hemos perdido el contacto con su Embrión de Sangre".

Un largo silencio después, la alta figura habló con una voz profunda y apagada: "Parece que por fin tenemos un experto lo suficientemente poderoso".

"Sí, Honorable Dios de la Sangre. Eso parece".

Otra larga pausa después, la figura en el trono de calavera dijo: "Que el noveno apóstol vaya esta vez, con un Embrión de Sangre también".

El anciano hizo una profunda reverencia, se dio la vuelta y desapareció de la vista.

...

En la oficina de Kim Jenkins, en la Corporación Joy, una hermosa mujer de unos treinta años estaba sentada frente a ella.

"Es un honor conocerla, señora Chez". Kim se puso en pie, inclinándose en señal de respeto.

La mujer, Sabrina Chez, esbozó una sonrisa. "Ni lo mencione, señora Jenkins. Aquí somos iguales".

Kim se sentó con su propia sonrisa. "Trabajas para la Gran Dama, así que debería presentar mis respetos".

"Gracias por el gesto, pero entremos ahora en el Proyecto M. La Gran Dama se preocupa mucho por él", dijo Sabrina.

Kim asintió, cogiendo una propuesta que tenía sobre la mesa y hojeándola. "Nos encargaremos de que estés en contacto con Orin Campbell como vicepresidente de la Corporación Joy, pero depende de ti convencerlo de que se una a nosotros".