Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 621

Wilbur sonrió. "Yo no estaría tan seguro de eso".

"Puedo decirte ahora que no será mi jefe quien lo consiga. Trata de no llorar luego, ¿de acuerdo?", se burló Skyler.

Steve hizo una pausa, antes de soltar una carcajada. "Tu jefe, ¿eh? Te llamaré papi si no acabas entre rejas, ¿qué te parece?".

La expresión de Skyler se ensombreció. Estaba a punto de darle una lección a Steve, pero Wilbur lo detuvo.

Steve gritó de inmediato: "¡Oficial Myre, mire! Iban a atacarme. Qué violentos".

Victor frunció el ceño. "Dejen de causar más problemas".

"Él es el que causa problemas, no nosotros", dijo Wilbur con frialdad.

Victor frunció el ceño. "Pondremos un cepo a tu coche por ahora. Volverás con nosotros".

"Yo que tú lo pensaría bien. Steve está haciendo declaraciones falsas. Podrías perder tu trabajo si sigues adelante con esto", dijo Wilbur con frialdad.

Victor frunció las cejas. Tampoco sabía si Steve decía la verdad, porque aún no investigaba el caso.

Pero Steve le acababa de decir que su padre estaba a cargo del distrito sur y que él mismo era superintendente de la ciudad. Como estaban en el distrito sur, Victor no lo cuestionó demasiado.

Para ser honesto, Victor solo lo hizo porque no tenía otra opción. Seguro que Steve le haría pasar un mal rato si iba en contra de sus deseos, pero Victor seguía sintiéndose culpable por ello.

Justo entonces, Steve gritó: "¡Cómo te atreves a amenazar a un oficial! Tiene que darles una lección a estos bastardos, Oficial Myre".

Victor suspiró, mirando a Wilbur con el ceño fruncido. "Vamos, sígame. Intentaré darle la sentencia más baja posible".

Steve le arrebató el teléfono a Victor. Echó un vistazo al video y lo borró de inmediato. "¿De dónde demonios sacaste eso? Apenas se ve quién sale en él. ¿A quién intentas engañar? Llévatelo ahora mismo, Myre. Estaré esperando una actualización".

El hijo y el marido de la anciana también hablaron: "¡Sí, no puede salirse con la suya! Además, ¡es poco dinero! Diez mil dólares apenas van a cubrir los gastos de ambulancia".

La anciana estaba tendida en el suelo, aullando de dolor como si fuera a morir.

Victor estaba a punto de arrancarse el pelo. Se volvió hacia Wilbur y le susurró: "¿Qué tal si coopera con nosotros de momento y yo intento encontrar una forma de mediar en la situación? Puede que tenga que pagar un poco, así no tendrá que cumplir ninguna condena, ¿qué le parece?".

"No", dijo Wilbur.

Victor dijo sombríamente: "Espero que lo haya pensado bien. El testigo es un superintendente de la ciudad, y su padre está a cargo del distrito sur".

"No me importa quién sea. No vas a castigarme por algo que no hice", insistió Wilbur.