Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 631

Nancy se lo pensó durante un buen rato. De todos modos, no tenía adónde ir al día siguiente, y la Posada Borracha era una opción decente.

Después de eso, aún dejó escapar una sonrisa irónica. Todo era una excusa porque quería ver a Wilbur.

...

Al día siguiente al mediodía, Wilbur terminó su meditación antes de subir a su coche, conduciendo hasta la Posada Borracha.

El aparcamiento fuera de la Posada Borracha ya estaba lleno de coches, y era difícil encontrar un sitio para estacionarse.

Tras encontrar uno, lo ocupó inmediatamente. Antes incluso de que terminara de aparcar, un Maserati se acercó a velocidad, y un hombre salió del coche gritando: "Ese espacio es mío".

Wilber miró al hombre. No era una cara conocida, y además el coche tenía una matrícula extranjera. Entonces, Wilbur dijo: "Señor, yo aparqué aquí primero, lo siento".

Del coche salieron también dos mujeres. Las dos eran veinteañeras, con figura de modelo y aspecto despampanante. Se pararon junto al hombre y miraron a Wilbur con tristeza.

El hombre tenía unos treinta años e iba vestido de pies a cabeza con ropa de marca. También tenía muy buen aspecto, pero Wilbur no tenía intención de acceder a su petición. Wilbur necesitaba ver a Sullivan.

Al darse cuenta de que Wilbur estaba a punto de marcharse, el hombre dijo apresuradamente: "Eh, yo vi primero ese estacionamiento. Eso es de mala educación".

"¿No debería pertenecer a quién se estaciona primero?", dijo Wilbur.

El hombre frunció el ceño y dijo: "Será mejor que te vayas inmediatamente. La Posada Borracha no deja entrar a cualquiera hoy, y no puedes permitirte ofenderme. ¿Entiendes?".

Wilbur se rio y se quedó mirando su matrícula, dijo: "Esto es Ciudad Seecher, tío".

"¿Y?", dijo una de las chicas con desdén. "Este es el Señor Thatcher, de la provincia de Jiara. Tiene el apoyo de una familia poderosa y rica detrás de él, y es alguien grande vaya donde vaya. ¿Quién te crees que eres? ¿Te crees tanto solo por ser de aquí?".

Al oír eso, el interés de Wilbur se despertó de inmediato.

Algunas hierbas podían usarse para ofrendas, y las que tenían más de mil años también podían usarse para hacer píldoras.

Aunque no se podía comparar con lo que tenía en su jardín, seguían siendo cosas muy valiosas en el mercado.

Wilbur dijo inmediatamente: "¿Por qué no te doy este lugar a cambio de que me lleves a la subasta?".

Toda oferta tenía que ser lo suficientemente valiosa, para que Wilbur pudiera dejar escapar cualquier oportunidad.

El hombre respondió: "¿Por qué iba a llevarte allí solo por un estacionamiento?".

"Es que me gusta mucho experimentar cosas nuevas. Nunca he estado en esa subasta. Si tiene la habilidad de llevarme, entonces te respetaré de verdad", dijo Wilbur con una sonrisa.