Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 645

Aunque sabía que no era rival para Amon, seguía siendo humillante ser derrotado en público.

Amon soltó una carcajada arrogante al ver la cara de frustración de Leonard.

Los amigos de Leonard no se atrevieron a ayudar. Todos estaban allí para acompañar a Leonard por diversión, pero nunca arriesgarían la vida por él.

Los demás clientes suspiraron, preguntándose qué pasaría en el futuro ahora que las dos familias estaban oficialmente enfrentadas.

Justo entonces, Wilbur, que estaba en el segundo piso, susurró: "Fuerte como un buey y veloz como el viento".

Dos rayos de luz cayeron sobre Leonard, que sintió al instante una oleada de poder en su interior, seguida de una mayor agilidad en sus movimientos.

Sus puños repelieron el ataque de Amon con facilidad y se quedó momentáneamente aturdido mientras se preguntaba si su fuerza aumentó bruscamente.

Incapaz de dedicar tiempo a pensar demasiado en ello, empezó a contraatacar.

Se movió rápidamente alrededor de Amon, atacando a su paso, y Amon se encontró al instante en posición defensiva. Al final, empezó a cansarse.

Wilbur sonrió y observó el combate en silencio.

Aunque solo lanzó dos hechizos básicos de fortalecimiento, eran increíblemente eficaces en una pelea como esta.

El público se sorprendió, ya que parecía que Leonard iba a perder hacía unos momentos, pero de repente se las arregló para darle la vuelta a la tortilla contra Amon.

Amon se sobresaltó y se puso furioso. ¿Cómo se le subió la energía de repente a este imbécil?

Leonard se rio y sus puños llovieron sobre Amon. No tardó en atravesar la defensa de Amon y le asestó un puñetazo en el estómago.

Al mismo tiempo, Leonard pudo notar que la fuerza en su interior se desvanecía, sustituida por la fatiga.

Acobardado, dijo fríamente: "Amon, mantente alejado de mí a partir de ahora, o te daré una paliza cada vez que te vea".

Dicho esto, subió las escaleras y se acercó a Wilbur y a los demás. "Mi humor está completamente arruinado. Vámonos".

Las dos mujeres lo agarraron de los brazos y le dijeron sonriendo: "¡Se veía muy bien ahí afuera, Señor Thatcher!".

"Claro que sí", dijo Leonard arrogantemente.

Wilbur se rio. "Como esperaba de usted, Señor Thatcher. Estaba claro que ese tipo buscaba problemas. Es bueno que le haya dado una lección".