Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 676

Wilbur miró a Baron. "Realmente te desaconsejaría hacer eso, o te arrepentirás".

"Nunca me he arrepentido de ninguna de mis acciones, y nunca he hecho algo digno de mi arrepentimiento", Baron presumió. "¿Y qué si estás en el nivel Santuario? El poder no lo es todo, y tampoco lo son las habilidades. Puedo hacer lo que quiera con Cabo, y tú no puedes hacer nada al respecto".

Wilbur se rio entre dientes y sacudió la cabeza. "No creo que entiendas a la gente como yo, con la manera en que crees que nos tienes en tus manos solo porque tienes poder o dinero. Puedo vivir sin Cabo, pero estás muerto si siquiera intenta ponerle las manos encima."

La mirada de Baron se tornó asesina mientras miraba a Wilbur con el ceño fruncido.

Wilbur lo miró a los ojos sin ninguna intención de dejarse.

"¿Te atreves a ir contra esta nación?", Baron preguntó con frialdad.

Wilbur dejó escapar una mueca de desdén. "¿Qué es esto? ¿Estás hablando aquí en nombre de la nación? No seas tan creído, amigo. No eres nada para mí".

"¿Qué diablos acabas de decir?". La voz de Baron era increíblemente oscura, y su tono frío y penetrante.

Wilbur dijo: "Creo que fui bastante claro".

"Mantén esa actitud y Cabo cerrará sus puertas. ¿Quieres apostar que los documentos de transferencia saldrán en solo tres días?", Barón amenazó.

Wilbur se encogió de hombros. "Sé que es posible, pero también estarás muerto si eso sucede".

"Tienes valor. Nadie me había amenazado así antes, ni siquiera un cultivador de nivel Santuario".

Baron por fin había perdido la paciencia. Detrás de él, el dedo de Saber se movió. Un aura invisible comenzó a extenderse, arremolinándose por la habitación.

La expresión de Wilbur se oscureció. Apretó su puño derecho y de inmediato se iluminó con llamas espirituales cuando una presión espiritual aterradora comenzó a extenderse por toda la habitación.

Saber de inmediato dio un paso adelante, sus diez dedos temblaron cuando diez líneas negras comenzaron a salir de sus dedos.

El aire alrededor de las líneas comenzó a contraerse e incluso a agrietarse.