Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 757

Sin embargo, no había forma de que pudiera evitar tener que verlo.

Era muy posible que este hombre estuviera aquí bajo las órdenes del emperador.

Los Gardner aún estaban lejos de poder ir contra el emperador.

Yumi se ajustó el vestido y se giró para mirar a Wilbur.

Él se limitó a hacer un gesto indiferente con la mano.

Yumi se dirigió lentamente hacia la entrada.

Zenith vestía una larga túnica con una larga espada atada a la cintura y sonreía mientras se acercaba.

Yunmi se apresuró a inclinarse. "¡Maestro Teylak! Por favor, venga por aquí".

"Por supuesto". Zenith no parecía más que educado, era todo sonrisas mientras se dirigía al patio como un invitado que visita a un buen amigo.

Yumi le abrió paso, y ambos atravesaron la parte delantera de la casa para llegar al salón.

Zenith se detuvo en seco.

Yumi dijo: "Por favor, entre a tomar un té, Maestro".

"Está bien. En realidad he venido a verlo", dijo Zenith con una sonrisa.

El corazón de Yumi se hundió ante esas palabras.

¿Estaba el palacio real intentando impedir que su clan reinara por sí solo?

De ser así, los Gardner tendrían graves problemas.

Incluso con el apoyo de Wilbur, era imposible que los Gardner fueran a la guerra contra toda Cerezatopía.

En ese momento, se oyeron unos pasos procedentes de la sala de estar.

Wilbur salió lentamente y se paró justo delante de Zenith.

Zenith miró a Wilbur de arriba abajo durante un rato antes de soltar una risita. "Ustedes, los jóvenes realmente son otra cosa".

"Muy amable por tu parte", dijo Wilbur con calma.

Wilbur también golpeó al mismo tiempo.

Una débil línea negra se extendió hacia Zenith.

Ambas fuerzas chocaron, emitiendo una colisión insonora.

Esta colisión destruyó todos los edificios y objetos en un radio de cien metros, haciendo que todo se estrellara contra el suelo.

Yumi lanzó un grito, canalizando toda su energía espiritual para soportar esta presión. El sudor caía por su cuerpo mientras apretaba los dientes, luchando.

"Nada mal, jovencito". Zenith guardó su espada con una sonrisa.

Wilbur le miró fríamente, sin decir una palabra.

Justo entonces, Zenith sacó un pequeño pergamino y se lo entregó a Wilbur.

El pergamino tenía la longitud de dos dedos y estaba cubierto de runas.

"Un regalo de Su Majestad, el emperador Tyler", dijo Zenith con una sonrisa.