Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 758

La mirada de Wilbur se dirigió al pergamino. "¿Un regalo?".

"Sí. Este pergamino contiene el Aullido del Banshee, y su usuario será inmune a ese ataque. Es bastante raro", sonrió Zenith.

Incluso Wilbur se quedó un poco atónito.

El Aullido del Banshee ya era una habilidad de alto nivel y terriblemente poderosa.

Incluso alguien de nivel Santuario, si era sorprendido con la guardia baja, podría ver su alma aplastada por el ataque.

Además, el pergamino era capaz de liberar su poder en un abrir y cerrar de ojos. Eso definitivamente lo hacía bueno para ataques sorpresa.

Algo así era, sin duda, extremadamente valioso.

Junto a Wilbur, Yumi también estaba completamente sorprendida.

El pergamino era un arma suficientemente poderosa como para matar a alguien del nivel del Santuario. ¿Por qué se lo había regalado el emperador a Wilbur?

Wilbur alargó la mano para coger el pergamino de hechizos de las manos de Zenith.

Una poderosa oleada de energía espiritual salió del pergamino y penetró silenciosamente en el cuerpo de Wilbur.

Zenith sonrió. "Adiós, muchacho".

Se dio la vuelta para marcharse después de eso, encorvándose al caminar como cualquier otro anciano.

Wilbur, sin embargo, comprendió precisamente que las personas que eran capaces de ocultar sus verdaderos poderes eran las que más había que temer.

Un rato después, Yumi se acercó con cuidado a Wilbur. "¿Sabe por qué ha hecho eso, maestro?".

Wilbur arrojó el pergamino a su semiplano. "Está intentando decirnos quién manda".

"¿Eh?". Yumi estaba un poco confusa.

Wilbur dijo: "Es totalmente capaz de regalar algo tan poderoso. Eso significa que tiene cosas aún más terroríficas bajo la manga. Es su forma de demostrarme quién manda aquí".

"¿Y por qué necesitaría hacer eso?", preguntó Yumi, atónita por la revelación.

"No lo sé, pero parece que no tiene mala intención", dijo Wilbur.

Yumi lanzó un suspiro de alivio. Ninguna mala intención era lo mejor que podían desear.

"Bueno, ya no puede vivir aquí, Amo. ¿Lo llevo a un hotel?", preguntó Yumi.

Lo hizo por si aquel hombre tan divino exigía pruebas.

Seth era probablemente la primera persona en la Tierra que se grababa y publicaba voluntariamente haciendo algo así.

Wilbur, sin embargo, ignoraba por completo todo aquello. Ya había entrado en su habitación y se había puesto a meditar.

Yumi se quedó fuera, con expresión vacilante, como si estuviera luchando contra sus pensamientos internos.

Mucho tiempo después, se dirigió al baño. Yumi se preparó un baño, llenando la bañera de aceites aromáticos antes de meterse dentro.

Pasó más de una hora y se lavó a fondo.

Yumi se envolvió en una toalla y se acercó a la habitación de Wilbur.

Golpeó suavemente la puerta, con el pecho latiéndole fuerte a cada golpe.

Tras una larga pausa, no hubo respuesta.

A Yumi se le cayó la cara de vergüenza y estuvo a punto de llorar.

Apretó los dientes e intentó abrir la puerta.