Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 814

Las cejas de Wilbur se fruncieron ligeramente.

Nunca se había involucrado en los negocios de El Cabo.

Sin embargo, no sería nada bueno para la empresa que una inversión tan grande saliera mal.

Wilbur lo pensó un poco, antes de decir: "Resérvame el próximo vuelo. Iré personalmente".

"¿Quieres ir tú solo?", preguntó Faye, sorprendida.

Wilbur asintió. "No sé nada de lo que está pasando allí. Creo que es mejor que vaya y ayude a quien pueda, y luego eche un vistazo a la situación antes de preocuparme por el equipo de seguridad."

Faye se quedó en silencio. Parecía un buen plan.

El presidente del Everest seguía esperando que lo salvaran, y de ninguna manera iban a entregar los cien millones de dólares que costaba el rescate.

Si lo hacían, aquellos criminales solo pedirían más.

Habría que ponerlos en su sitio para que nunca más intentaran meterse con Comercio Internacional Everest.

"Gracias por hacer esto", dijo Faye.

Wilbur asintió y Faye llamó a su secretaria para que reservara los billetes de avión de inmediato.

Faron y Elsa suspiraron. Probablemente no habría tragos esta noche.

...

En Freeca.

Freeca era una tierra rica en minerales, con una industria minera que cubría dos tercios del suministro mundial de minerales. Poseía más de la mitad del oro, platino, paladio, cobalto y diamantes del mundo, así como uranio, manganeso, cromo y petróleo, entre otros.

En ese momento, en el despacho del presidente de la sede de Comercio Internacional Everest.

Hannah Toya se recostó en su silla, con cara de preocupación y cansancio.

Justo después, secuestraron al padre de Hannah.

Hannah no podía imaginarse cómo iba a manejar la familia Toya las noticias si le ocurría algo a Everett.

No había manera de que Hannah fuera lo suficientemente poderosa como para enfrentarse a Keith.

Todo lo que podía hacer era pedir ayuda a El Cabo, con la esperanza de que fueran capaces de arreglar esto usando su poder.

Al menos, podrían rescatar a su padre.

Eso era porque el rescate requería más de cincuenta millones de dólares, por lo que El Cabo tendría que aprobar la transacción.

El Cabo también había dicho que no iban a pagar el rescate y ya había dispuesto que alguien viniera a encargarse de la situación.

Hannah sabía que pagar el rescate solo conseguiría que los criminales pidieran más y más.

Sin embargo, no podía hacer nada más por el momento.