Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 831

Wilbur vio que todos habían llegado. Dijo: "Hola a todos. Soy el mensajero divino del Señor de los Dragones de Fuego. Voy a construir la Iglesia del Sagrado Señor de los Dragones de Fuego aquí. Estarán protegidos de la pobreza y los desastres si se unen a la iglesia. El Señor de los Dragones de Fuego los bendecirá a ustedes y a su familia".

Wilbur sabía cómo liderar una secta.

Las sectas solo tenían que manipular a las masas.

La secta tenía la apariencia de una iglesia que le prometía a la gente la vida eterna o el ir al cielo. Les dio esperanza para que estuvieran dispuestos y fueran fieles.

Sin embargo, estaba claro que no mucha gente le creía. Había brillos de miedo y precaución en sus ojos.

Wilbur sabía que sus palabras no eran suficientes.

Una poderosa presión espiritual repentinamente surgió de su cuerpo y rodeó el área.

Una enorme bola de luz se iluminó en el cielo cuando un rayo de luz blanca brilló sobre él.

Se podía ver un leve halo blanco sobre él, haciéndolo parecer como si fuera un ángel que bajó del cielo.

Todos quedaron sorprendidos al instante.

'¿No es esto un milagro? ¿Podría ser que él era el mensajero divino del Señor de los Dragones de Fuego? ¿Está aquí para dar bendiciones?', se preguntaron.

El mito del Señor de los Dragones de Fuego siempre había existido en Gango.

Sin embargo, la gente poco a poco se olvidó del mito gracias a la Iglesia de los Santos Illuminati.

La mayoría de la gente en Gango se unió a la Iglesia de los Santos Illuminati.

Sin embargo, estaban en una zona rural. La Iglesia de los Santos Illuminati no tenía como objetivo a estas áreas afectadas por la pobreza.

Estas personas adoraban a sus antepasados en vez de eso.

Wilbur afirmó ser el mensajero divino y usó a Illuminatos para emitir un halo sobre sí mismo.

Además, cuando vieron la serpiente de fuego, su débil fe se tambaleó.

Pensaron en cómo el mensajero divino les dijo que podrían estar protegidos de la pobreza y los desastres si se unían a la Iglesia del Señor Dragón de Fuego.

La gente comenzó a hablar en voz baja. Wilbur lo notó, pero solo sonrió sin decir nada.

De repente, un anciano caminó hacia Wilbur y se paró a unos diez metros delante de él.