Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 902

Bueno, simplemente esperaría pacientemente tres días y ganaría los diez mil millones de dólares.

Wilbur miró la hora y vio que eran las siete de la noche.

Se puso a meditar.

Esa misma noche, la noticia de que Trevor Penn, de la Ciudad Seecher, había desafiado al gran Stiles Dune, se extendió por todo el círculo de cultivadores y clandestinos de Aroma.

Todo el mundo estaba conmocionado, preguntándose quién demonios era Trevor Penn y cómo se atrevía a desafiar a alguien del nivel Super Santuario.

Era importante señalar que Stiles había sido el principal jefe de Aroma durante décadas, sin que nadie pudiera superarlo.

Había tres cultivadores de nivel Santuario en Aroma: Christopher, Logan Toya y Gaston Jenka. Todos ellos admiraban a Stiles como su líder.

Debido al hecho de que Aroma y las otras partes de Dasha estaban relativamente segregadas, todo lo que sabían era que Trevor Penn era de nivel Santuario.

Eso estaba obviamente dentro de las expectativas de todos.

Alcanzar el nivel Santuario ya se consideraba un gran logro y era comprensible que Trevor fuera tan engreído como para intentar algo así.

Sin embargo, Stiles estaba en el nivel Super Santuario. Trevor se llevaría una desagradable sorpresa al enfrentarse a él. Era un boleto de ida al infierno.

De repente, todos los casinos abrieron sus apuestas.

Por supuesto, todos apostaron unánimemente por la victoria de Stiles.

Además de eso, incluso apostaron exactamente cuántos minutos Trevor sería capaz de durar contra este cultivador Super Santuario.

De las apuestas que se habían hecho hasta el momento, parecía que tres minutos era el límite.

Aroma estaba hirviendo de emoción.

Después de todo, podrían presenciar una batalla entre dos cultivadores de nivel Santuario y ganar algo de dinero.

A pesar de que Stiles estaba ganando con toda seguridad, Trevor también era un cultivador de nivel Santuario.

Al menos debería ser capaz de dar pelea hasta cierto punto.

La mañana siguiente, Wilbur se despertó a tiempo.

Se preparó y se dirigió a un restaurante para desayunar antes de regresar a su habitación y sonreír al ver sus fichas.

Tenía tiempo, así que más le valía entretenerse.

Con las fichas en la mano, Wilbur se dirigió al salón de la primera planta.

Wilbur se lo pensó un poco. "Hoy vamos a algo sencillo".

"¡Claro! Una partida de Sic Bo debería ser bastante fácil. ¿Qué le parece?".

Con el capital que tenía Wilbur, las máquinas tragamonedas ya no eran un juego adecuado.

Apostar a los dados era el juego más fácil que había ahora.

Wilbur asintió con la cabeza, deseoso de un juego sin estrés que no requiriera pensar mucho.

Los dos se sentaron en la mesa de Sic Bo. Tiff colocó las fichas de Wilbur delante de él y se sentó a su lado.

Los cuerpos de ambos se rozaban de vez en cuando.

"Hagan sus apuestas", dijo la repartidora.

Los jugadores apostaron sus fichas, la mayoría de miles.

Sin embargo, justo en ese momento, Wilbur empujó todas sus fichas hacia el lado de la mesa apostando en grande.

La jugada sorprendió a todos los presentes.