Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 949

Había dos botellas de güisqui en la mesita.

Una estaba vacía y la otra casi terminada.

La mesa de centro estaba hecha un desastre.

Eileen y Faye estaban dormidas, abrazadas en el sofá.

Sus camisones eran transparentes. Él podría verlo todo si no se hubieran puesto lencería.

Parecían una pareja que había pasado una noche salvaje y se estaban acurrucando después de la agotadora sesión.

La imagen tan sensual hizo que Wilbur sintiera que le iba a sangrar la nariz.

Las chicas estaban buenísimas, tenían cuerpos perfectos y eran hermosas a su manera.

Cualquier hombre se volvería loco si dos hermosas mujeres se abrazaran así.

Wilbur se marchó tras echar unas cuantas miradas más. Luego, huyó tras cerrar la puerta.

Volvió a su habitación y no pudo calmarse.

Era demasiado seductor.

Respiró hondo varias veces y por fin se calmó.

Sacudió la cabeza y se sentó en el sofá con impotencia.

De repente, sonó su teléfono.

Se apresuró a contestar la llamada después de mirar la pantalla.

"Nancy, ¿cómo estás?".

"Wilbur, ¿cómo has estado?". Se oía a Nancy al teléfono.

"Bien. ¿Y tú?".

Nancy guardó silencio durante un largo rato.

"Me caso el mes que viene".

"¿Eh?". Wilbur pareció sorprendido, pero entonces se dio cuenta de que su tono era inapropiado. Se apresuró a decir: "Felicidades, eso es bueno".

"Gracias".

"¿Quién es el afortunado?".

"Alguien que tenía un pequeño negocio en Villa Cielo. Mi familia nos presentó y él es muy bueno conmigo, así que nos comprometimos".

"Eso es maravilloso, siempre y cuando él sea bueno contigo".

"Creo que...".

"¿Qué es? Cuéntame".

La noticia de su matrimonio le pilló desprevenido.

Se quedó sentado un buen rato antes de murmurar para sí: "Déjalo así. No hagas ninguna tontería".

Luego, volvió a su habitación. Se puso a meditar una vez más.

Faye se despertó lentamente en ese momento. Sentía un fuerte dolor de cabeza debido a la resaca.

Casi gritó cuando vio que estaba enzarzada con Eileen. Se levantó a toda prisa del sofá.

Eileen abrió los ojos aturdida. Entrecerró los ojos para mirar a Faye y preguntó: "¿Qué pasa?".

"Tú, yo...". Faye se ruborizó. Rápidamente abandonó la habitación.

Eileen se rio de repente en ese momento. Miró su propia mano y dijo: "Se siente tan suave. Qué bonito. Wilbur no aprecia la verdadera belleza".

Luego, se lamió los labios como si estuviera divirtiéndose.

Faye volvió a su habitación para asearse y cambiarse de ropa.

Volvió a quedarse tranquila después de cambiarse.

Suspiró al cabo de un momento y salió a trabajar.

Llegó la noche y Wilbur estaba sentado junto al lago, pescando despreocupadamente.