Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 950

Quizás tenía mala suerte o era demasiado inexperto. No consiguió nada hasta bien entrada la noche.

Sacudió la cabeza, dejó a un lado la caña de pescar y volvió a su habitación a descansar.

Todas las noches, Wilbur pescaba junto al lago hasta bien tarde.

Aquella noche, sentado a la orilla del lago, se quedó mirando el flotador.

"No me lo puedo creer. ¿No hay ningún pez que muerda el anzuelo?", se rio Wilbur.

De repente, Faye se dirigió hacia él con un atuendo informal. Se sentó en el campo.

"¿Por qué regañas a los peces?", se burló Faye.

Él suspiró y contestó: "Han pasado unos días, pero ningún pez ha mordido el anzuelo. Faron se burló de mí por eso".

"Quizá no haya peces en el lago", dijo ella.

Él preguntó: "¿Cómo puede ser? Vemos peces en el lago todo el tiempo, pero ¿por qué desaparecen cuando estoy pescando?".

Ella se rio y lo acompañó en silencio.

Hacía tiempo que él no pasaba el tiempo tranquilamente y le pareció bastante agradable.

Era raro pasar tiempo en paz y tranquilidad.

"Lo siento", se disculpó Wilbur de repente.

Ella sonrió y dijo: "No pasa nada. Te esperaré".

Wilbur se quedó mirando el flotador y no volvió a hablar.

Volvieron a quedarse en silencio, pero a Faye le pareció muy tierno.

De repente, un hombre de unos cuarenta años empezó a pescar con su equipo cerca de Wilbur.

Estaban en las afueras de la Isla Lago Marino.

Wilbur abrió el lugar al uso público.

Las afueras de la Isla Lago Marino atraían a menudo a los pescadores. Podían sentarse allí todo el día.

El hombre colocó su silla y luego buscó un lugar para preparar su caña. Finalmente, le echó un vistazo a Wilbur.

"Amigo, ¿has pescado algo?", preguntó el hombre.

Wilbur sonrió y sacudió la cabeza.

El hombre miró su flotador y se acercó con su cebo para ayudar a Wilbur.

"Novato, ¿eh?".

"Sí, soy principiante", dijo Wilbur.

El hombre le dijo: "Primero tienes que preparar un sitio y luego esperar pacientemente".

"Baz Henley. ¿Y tú, amigo?".

"Yo soy Wilbur Penn".

El hombre asintió y sonrió.

Wilbur sacó su paquete de cigarrillos y lo colocó sobre el equipo del hombre. Dijo: "Deberías irte a casa".

"No lo haré. No conoces a mi mujer. No podré dormir esta noche si me voy a casa ahora", dijo Baz.

Wilbur se rio. De repente, un rayo de energía de cuchillas atravesó el agua y fue directo hacia Wilbur.

El lago estalló de repente con una energía aterradora.

Baz exclamó y cayó de espaldas al suelo.

Wilbur pareció disgustado y activó al instante su energía espiritual.

Sin embargo, parecía sorprendido.

Su energía espiritual parecía haber sido interrumpida por algo. No podía utilizarla en absoluto.

No podía lanzar hechizos que normalmente comandaba a voluntad.

En ese momento, la energía de la hoja podría perfectamente ser una amenaza fatal para él.