Vuelve a casarse: Su ex esposa multimillonaria romance Capítulo 64

Olivia le entregó varias bolsas con cosas. "Vine a disculparme contigo. Fui demasiado irracional porque soy muy joven. Por favor, no tomes en serio lo que hice".

¿Joven?

Si Guadalupe recordaba correctamente, Olivia tenía más o menos la misma edad que ella.

Cuando Guadalupe escuchó eso, se rio entre dientes: "Si recuerdo bien, tu cumpleaños es en febrero, y el mío es en septiembre".

Guadalupe era incluso medio año más joven que Olivia.

Olivia hizo una pausa. No entendió el punto de Guadalupe al principio. Cuando volvió en sí, Guadalupe y Sheila ya se habían metido al coche.

Y antes de que Guadalupe pudiera hablar, Sheila ya le había dicho al chofer que encendiera el coche.

El coche pasó lentamente junto a Olivia, quien se quedó ahí parada, pisoteando de enojo.

"¡Guadalupe! ¡¿Cómo te atreves a decir que estoy vieja?!".

Guadalupe miró a Olivia por el espejo retrovisor y sonrió alegremente.

Quince minutos después, el coche se detuvo en la entrada del hotel. El chofer se acercó para abrir la puerta. Guadalupe salió. "Gracias".

"Es mi deber, Srta. Aranda".

Guadalupe sonrió y no dijo nada.

Desde que se descubrió que Guadalupe era la hija de la familia Aranda, todos trataban de hacerle favores.

Sin embargo, la amabilidad repentina no le preocupaba mucho.

La reunión para comer era sobre una tierra al norte de Los Ángeles. Antes, Guadalupe era solo gerente general de una sucursal del grupo Aranda, por lo que la otra parte se mostraba reacia a verse con ella.

Pero ahora todos sabían que Guadalupe era la única hija de Marcos. Tan pronto como salió el mensaje, la secretaria del otro lado llamó a Sheila y le pidió reunirse con Guadalupe.

Mucha gente estaba interesada en esa tierra, pero la familia Ocaña estaba decidida a conseguirla. Habían invertido mucho. Honestamente, seguía siendo un poco difícil competir con Joel.

La reunión para almorzar fue muy agradable, pero al final, la otra parte no proporcionó nada que pudiera beneficiar a Guadalupe.

Eso no le importaba en absoluto. La familia Aranda de alguna manera podía derrotar a la familia Ocaña de todos modos.

Medio año atrás, si Guadalupe no hubiera publicado el video y la grabación en Internet, Aritz no habría enviado a Laia al extranjero. Ahora, aunque Laia regresara, no podría volver con la familia Ávila.

Rodrigo siempre se había preocupado por su reputación. Las grabaciones ya habían deshonrado el nombre de la familia Ávila. Dado que Manuel ya había fallecido, a Rodrigo no le importaba en absoluto su nieta política. Se había dado por vencido con ella.

Encima de eso, Laia descubrió que Guadalupe llevaba una vida mucho mejor que la suya.

Apretó los dientes. Cuanto más pensaba en ello, menos podía reprimir sus celos.

No podía darse el lujo de ofender a Guadalupe en ese momento, pero no podía evitar querer darle una lección. "No me malinterpretes. La otra noche, no estaba siendo yo misma".

Guadalupe levantó las cejas y miró a Sheila. "Espérame en el coche".

Sheila asintió. Miró a Laia antes de caminar hacia la puerta.

Dado que no había nadie alrededor, Laia se volvió aún más audaz. "Solo quise provocarte diciendo todo eso. No esperaba que me malinterpretaras. Pero también es algo bueno. A Aritz no le gustabas para nada. Se casó contigo solo porque necesitaba una esposa funcional".

Laia sonrió de forma engreída. "No era yo la de anoche. Era alguien más. Ahora que ya te divorciaste de Aritz, no creo que te moleste, ¿verdad?".

Guadalupe miró a Laia con indiferencia, y solo después de que ella terminó de hablar, dijo: "¿Terminó, Srta. Ferrero?".