Yo Mismo Soy Mi Rival en el Amor romance Capítulo 4

Punto de vista de Ariana.

—Verónica.

Una silueta alta y musculosa apareció en la puerta de la oficina, y miré al recién llegado. No era otro que Stefan. Tenía un aire regio, pero la mirada era tan aguda como la de un águila. Tenía los labios fruncidos y el mensaje silencioso que lo rodeaba gritaba: «No te acerques a mí». Noté la sorpresa en los ojos de Verónica. Luego se acercó a Stefan y se hizo la tímida.

—Oh, sabía que no me dejarías sola, Stefan.

Respiré hondo en silencio. Justo cuando estaba a punto de decir algo, Stefan salió de la habitación con Verónica. Ni siquiera me miró. Me tragué las palabras y los despedí. Luego me reí de mí misma. Él parecía perfecto sin importar con quién estuviera. Excepto conmigo.

No importaba cuántas veces hubiéramos tenido sexo, yo no era más que un esqueleto en su armario. Algo inferior a él.

…

Punto de vista de Stefan

Contuve mi repugnancia mientras esta… Verónica me alejaba del departamento de ginecología. Cuando llegamos al ascensor, le solté la mano y me sacudí la manga que había tocado con sus manos. Eso la hizo quedarse paralizada por un momento, y luego esta mujer se acurrucó de nuevo contra mí. Podía sentir su pecho pesado colgando de mi brazo.

—¿Qué pasa, Stefan? —preguntó.

Le lancé una mirada gélida.

«¿Cómo se atreve a tocarme?».

—No salgo con mercancía usada. Sobre todo, cuando esa mujer se acuesta con mi mejor amigo.

Verónica estaba petrificada, con los ojos llenos de sorpresa. El cambio repentino en mi actitud aparentemente la sorprendió, pero no debería. Ni siquiera la habría dejado acercarse a mí, pero Ian quería que la acompañara durante el aborto y yo quería molestar a Ariana.

Sin embargo, ella malinterpretó mi silencio. Esa mujer pensaba que tenía una oportunidad de salir conmigo. No. Ni en sueños. Me enorgullecía ser estricto con mis parejas. De ninguna manera saldría con alguien que se había acostado con Dios sabe cuántos hombres.

Además, tenía a alguien que me gustaba. Entonces llegó el ascensor y entré sin siquiera mirar a Verónica.

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