Cinco años pasaron, era mayor, ya no un niño sino un adolescente. Con muchos, muchos problemas
—Oye, Eder — Era Betsy, un año mayor que yo que me miraba como si pareciese un chocolate y no un tonto nerd tímido y retraído.
—Chico Shane— Saludó Pamela, una morena compañera de la anterior y con un busto un poco más desarrollado. Yo tragué una maldición y hundí más la cabeza en mi libro, por idiota terminé estudiando para Álgebra en el pasillo y no en la biblioteca donde acostumbro pasar.
—Oye, gatito— El comentario de Elise, la amiga de piernas largas causó la risa estruendosa del equipo y siguieron caminando por el pasillo mirándome y lanzando besos.
Estúpidas chicas cachondas.
El timbre sonó y me apresuré a recoger mis cosas y respirar hondo repasando toda la teoría que acababa de memorizar.
—Buenos días, chicos. Mi nombre es Monique Torres y seré la profesora nueva de esta asignatura. El Álgebra es muy útil si se maneja de manera correcta y con gusto continuaré desde donde quedó el profesor Jones.
—Puede comenzar aquí en mis piernas— murmuró Dylan, un tonto jugador de béisbol dos años mayor que repetía curso y tenía a las calenturientas estudiantes del curso con un chorro entre las piernas.
—Espera que me aprenda tu nombre y te gustará repetir eso en dirección — le dijo ella con una sonrisa muy cruel que acompañó una mirada fija de sus ojos celestes. Su cabello rubio recogido en alto la hacía ver como una mujer con mucho carácter y la cara de Dylan fue cómica. Incluso tragó grueso— Bueno, para hoy está programado un examen así que cada uno venga por su hoja en orden y me da su nombre para pasar la lista a la vez.
Todos se quedaron en silencio y organizándose en filas divididas por sexos fueron caminando al escritorio y murmurando su nombre. Me tocó de décimo y cuando me acerqué la profesora me dio un simple vistazo
—Eder Shane— murmuré sin mirar su rostro y sosteniendo la hoja en sus manos. No la pude apartar ya que ella no la soltaba y me atreví a mirar su rostro, batía sus largas pestañas y me daba una leve sonrisa
—Señor Shane, un placer conocerlo— su tono me hizo tragar grueso y agarré la hoja con fuerza para casi correr a mi asiento. Estaba siempre incómodo por las miradas de mis compañeras pero nunca me había sentido de la misma forma con una maestra. Desde hace un par de años me empecé a desarrollar y mi cuerpo tenía ciertos cambios, era más varonil y mi abdomen más definido, mi voz se estaba engrosando y mi rostro endureciéndose, pero seguía siendo un tonto come libros que no le gustaba la atención y muchísimo menos la femenina.
Nadie me molestaba, puedo decir que no me hacían bullying puesto que estaba apadrinado por mis tíos casi todo el tiempo e incluso Cloe venía a las reuniones con mis profesores. Se habían tomado muy a pecho la promesa de cuidarme y entre ellos se encargaron del negocio "sucio" de mi padre, manteniendo las cuestiones que dejo "limpias" para mi futuro en un fideicomiso que se iba agrandando con el tiempo hasta mi cumpleaños número 19.
El día pasó igual de tranquilo que siempre por el simple hecho de que pasé la hora libre luego del recreo en la biblioteca, donde casi vivo. Estaba leyendo sobre aviones y el tema me tenía fascinado cuando sentí una mano en mi hombro que me sacó de mi lectura. Tragué grueso y revoloteé la mirada: Era la profesora Monique.
—Supe que te castigaron, los profesores hablan— comentó, parada a mi lado se veía imponente, más de lo que ya era.
—Sí, el sub es un hombre duro— dije felicitándome a mi mismo por poder formar una frase coherente. Pareció divertirse con mi respuesta ya que sonrió y me di cuenta de que aún no quitaba la mano de mi hombro— ¿Puedo ayudarla en algo, profesora?
—Oh, es que te buscaba para felicitarte, eres el más aplicado de la clase y tu nota fue perfecta.
—Usted me corrigió un problema— le recordé y sonrió encogiéndose de hombros y pareciendo un ángel muy sexy.
—Todos necesitamos un poco de ayuda algunas veces— dijo mirándome fijamente— Eder, me gustaría que seas mi aprendiz, si te parece. Necesito algo de ayuda corrigiendo notas de otros grados y me parece que siendo uno de los mejores de la materia puedes hacerlo, si tienes tiempo, claro— mi boca estaba abierta, no sabía qué responder— Serían sólo un par de horas dos días a la semana, sólo si puedes y no interviene con tus asuntos personales.

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Los comentarios de los lectores sobre la novela: ( 18) SWEET CANDY y DARK SHANE - SEX HARD