Espero que les guste la despedida de Sweet Candy.
—Señora Verónica, mucha gente se ha emocionado con su historia desde la publicación de su libro, ¿Cómo ha tomado usted y su familia este caos mediático que la esta abordando en el último mes?
Me reí con sarcasmo, era la misma pregunta que todos los reporteros me hacen. Acomodé un mechón de cabello y crucé mis piernas agradeciendo el hecho de usar pantalones en lugar de una falda o vestido.
—Bueno, Carrim, sí que ha sido un "Boom" la publicación de mi libro, como dices, Sweet Candy es y será visto como algo nuevo, jugoso y chispeante, algo que no en todas las librerías está y que no puede estar al alcance de cualquiera, como menores por ejemplo. El mundo aún con tanta tecnología tiene cierto sentido del respeto hacía los tabúes y estoy segura que rompí esa escala, ganándome algunos enemigos pero qué mas da ¿No? La vida es sólo una y me siento capaz de afrontar lo que viene y más, después de todo, esta soy yo, esta es mi historia y nadie es capaz de juzgarme sin realizar una auto-evaluación primero. El que esté libre de pecados que lancé la primera piedra y se dé con ella en la cabeza por falso y mentiroso.
—Aún así, usted es madre, ¿Cierto? ¿Qué opinaría sobre que a alguno de sus hijos le diera por hojear el libro que su madre escribió y se tope con cierto pasado oscuro y sexual del que no deberían enterarse?— sonreí aún más. En serio quería matarla.
—Pues mis hijos están creciendo y el mundo actual esta lleno de morbo por doquier. Lo vemos desde las revistas, las redes sociales, en la calle incluso, así que pienso que los menores en la actualidad se rodean de más sexualidad de la necesaria. Gracias a Dios mis hijos han sido criados de tal forma que ven prohibido el hecho de tocar algo ajeno o husmear en cuestiones de otros, y claro que seguirán creciendo y llegaran a su adolescencia, no soy una mujer tonta y sé que en algún momento de sus vidas me preguntarán pero en ese momento pienso sentarlos, calmarme y usar las palabras correctas para explicarles el por qué, el cómo y el hasta cuando. Todo padre debe tocar el tema de la educación sexual con sus hijos y no veo esto distinto a esa esperada conversación.
—Aún así, ¿Le parece correcto o ético relatar sus experiencias sexuales como si de un logro se tratara?
—Pues no veo que se quejen por los asquerosos libros donde se narran relaciones incestuosas, violaciones, machismo, sodomización y demás, ¿Por qué quejarse por el mío que es simplemente una narración de relatos eróticos?— la entrevistadora me miró sobre sus gafas con aire de superioridad y mi ceja estaba en arco perfecto — Esto es diversión para adultos lectores, no un manual de cómo encontrar enfermedades sexuales para adolescentes.
—No insinué eso — se defendió ella y suspiré sonoramente
—No, Carrim, claro que no — dije irónica — Sólo es una aclaratoria. Así como se celebra a un hombre galante, coqueto y activo sexualmente, me pareció correcto demostrar que con mi historia muchas mujeres se van a sentir identificadas y no señaladas como prostitutas o zorras. Una buena y saludable vida sexual nos merecemos todos y si puedo regalarle algunas fantasías a unas pobres esposas aburridas y encerradas en ese círculo vicioso que puede llegar a ser el matrimonio, me declaro una más en el movimiento de liberación femenina.
—Bien, saliendo del tema — claro, la perra sabía que la había jodido— ¿En algún momento tu vida matrimonial se ha visto afectada por la publicación de Sweet Candy?
—Corrí con la suerte de tener un maravilloso esposo— sonreí y busqué con la mirada a mi gigante de ojos amarillos quien me apoyaba justo detrás de las cámaras— Él ha sido un impulso para que escribiera mis experiencias y es un muy buen apoyo. Así que si tu pregunta de trasfondo es si existen peleas o disputas provocadas por los celos debido a mi pasado, debo darte un rotundo no como respuesta. Tenemos diez años de matrimonio, doce de relación, cuatro hermosos e inteligentes hijos y un precioso hogar. Oh y por supuesto, una perfecta y candente vida sexual que no ha podido frenarse con el paso del tiempo— dejé de mirarla y busqué al productor con la vista, me puse de pie y todos me miraron molestos, cerré mi chaqueta y salí de las cámaras— Hemos terminado, John. Prepara mejor a tus reporteros la próxima vez que me llames y, por favor, aleja a esa rubia de mi. Me ahoga su olor a agua oxigenada.
Agarré la mano de mi hombre quien ya me esperaba en la puerta y salí como la perra que era sin escuchar palabras de nadie. Cuando atravesamos las puertas principales del edificio Eder apretó la alarma de su camioneta subiendo a ella mientras la próxima, llena de guaruras, se encendía.
—¿Todas las entrevistas tienen que terminar así?— preguntó divertido sin alarmarse por mi gesto de endemoniada.
—Mientras me aburran con las mismas preguntas estúpidas de siempre, sí.
Sentí su mano en mi muslo y dejé de mirar la calle para admirar su perfil lleno de gracia, jodido idiota se reía de mi desgracia.
—No dejes que te afecte, cariño. Nadie puede juzgarte ni hacerte sentir mal.
—Sólo quien yo permita— terminé la frase y me dio un apretón. Suspiré soltando la tensión de mis hombros— Sabía que escribir esa cagada me traería problemas
—No digas eso, caramelito. Lo tienes prohibido ¿Estamos? Eres buena escritora y esa parte cachonda de tu vida te hizo quien eres hoy, así que debes expresarlo porque seguramente hay muchas sintiéndose como tú y negándose a más por el simple qué dirán. Que te juzgue Dios, pero no los putos reporteros, los supuestos críticos, ni siquiera los niños, yo o tú misma. Eres grande, eres invencible, eres buena mujer, madre, hija y esposa, así que se joda el mundo que tú eres una puta estrella y yo seré siempre el astrónomo obsesionado que te persiga.
—La vejez te ha puesto cursi— susurré porque sabía que el nudo de mi garganta en cualquier momento se haría notar. Él también lo sabía, por eso sonrió. Me conoce perfectamente— Gracias amor, siempre sabes qué decir para hacerme sentir bien, me das el impulso que necesito para poder afrontar siempre toda mierda y te amo por eso— Acaricié su cuello con cariño y sonrió mirando al frente
—He pensado en escribir un blog...—me tomó por sorpresa, tanto que ni pestañeé— Así es. Incluso ya tengo el nombre: "Cómo sobrevivir al matrimonio junto a una loca psicópata y ninfómana".
—Eres un imbécil, Eder Shane, no puedo creer que aún no madures, por Dios, maldita sea — me quejé de su estúpida broma y el ambiente se llenó de la calidez producida por su carcajada, me uní a él rápidamente y disfruté el momento, como hacía a diario estando en compañía del jefe nerd y pervertido que se robó mi corazón. Ese demonio de ojos amarillos que luego de besar a nuestros hijos en las frentes y darles las buenas noches, se acuesta a mi lado y saca de su mesa de noche nuestro par de esposas favorito y ese látigo suyo que se ha vuelto mi gran amigo dándome siempre los mejores orgasmos del mundo sin dejar que el tiempo y los problemas afecten ese momento tan íntimo donde sólo somos él y yo.
Mi teléfono vibrante dañó el momento romántico dentro del automovil, arrugué el ceño al leer el nombre de contacto
—¿Bueno?
—Buenas tardes, señora Shane, lamento molestarla, es la directora Petrov
—Sí, la tengo registrada. No se preocupe, dígame en qué la puedo ayudar
—La verdad tenemos un problema con Milangel acá
Mi corazón se paralizó y supongo que Eder se dio cuenta puesto que estacionó en plena autopista, los guaruras también lo hicieron y sin dudas las dos camionetas negras debían ser muy llamativas
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Los comentarios de los lectores sobre la novela: ( 18) SWEET CANDY y DARK SHANE - SEX HARD