A Once Años de Mi Muerte romance Capítulo 2

Justo cuando Renato estaba a punto de colgar, escuchó una voz femenina agradable pero con un matiz impaciente al otro lado de la línea.

—Gerente, hola, ¿está Federico Soler contigo? ¡Pásame con él, por favor!

Renato sintió un escalofrío recorrerle la espalda.

¿Quién era esa mujer?

Había sido bastante educada con él, pero se atrevía a llamar por su nombre completo al presidente Soler, nada menos.

¿Sería alguna admiradora del presidente Soler?

Federico Soler era joven, atractivo, tenía dinero y fama; además, en el círculo social de la alta sociedad era conocido como alguien distante. No era raro que muchas mujeres se sintieran atraídas por él.

Pero cuando se trataba del presidente, Renato no se atrevía a tomar decisiones por su cuenta.

Pulsó el botón de silencio y, con respeto, preguntó:

—Presidente Soler, hay una joven en el primer piso del centro comercial que pide que le tome la llamada, ¿quiere atenderla?

Renato pensó que el presidente rechazaría la llamada, pero para su sorpresa, Federico extendió la mano casi sin dudarlo.

Renato quitó el silencio y, con cuidado, le pasó su celular al presidente.

Federico tomó el teléfono y fue directo al grano.

—¿Quién eres? ¿Para qué me buscas?

—¡Soy tu hermana! Ven...

Apenas la joven terminó la frase, Federico la interrumpió, su mirada se volvió dura de inmediato.

—Lárgate.

El ambiente en la oficina se volvió tan tenso que parecía haber bajado varios grados.

Renato, con los nervios de punta, recuperó el celular y de inmediato mandó un mensaje al personal de seguridad.

[¡Saquen a esa mujer lo antes posible!]

Federico, sentado en la silla ejecutiva, lucía impecable con su traje negro, pero su aura en ese momento era tan cortante como una navaja.

A Renato casi se le salía el corazón del miedo, pero aun así intentó apaciguar los ánimos.

—Presidente Soler, por favor tranquilícese, ya le pedí a seguridad que se encargue del asunto.

No escuchó bien lo que la chica decía al otro lado, pero seguro era alguna admiradora obsesionada con el presidente.

Ahora todo el mundo sabía que el presidente Soler estaba interesado en Fátima, la famosa actriz que arrasaba en todos lados.

Las otras mujeres ni siquiera se comparaban, pero igual seguían intentando acercársele. ¡Qué necias!

Federico no podía creer que alguien se atreviera a hacerse pasar por su hermana. Jugueteó un par de veces con su pulsera de cuentas de rosas, conteniendo el enojo en su interior, y luego tomó su propio celular.

Abrió la conversación fijada en la parte superior y escribió un mensaje.

[Ya están desalojando el lugar. Avísame cuando llegues para bajar por ti.]

El último mensaje que había enviado seguía sin respuesta. Preguntaba si ya había salido de casa.

Pero ella andaba ocupada con la promoción de su película, por fin tenía un descanso, así que era normal que tardara en contestar.

Renato notó que, por primera vez, los ojos del presidente Soler reflejaban algo de ternura.

—Presidente Soler, la última película de la señorita Ibáñez me encantó. ¡Me la aventé tres o cuatro veces con toda la familia!

Federico alzó la vista y, por primera vez en mucho tiempo, una sonrisa apenas perceptible se asomó en su cara.

—¿De verdad?

Capítulo 2 1

Capítulo 2 2

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