Adiós al Pasado romance Capítulo 10

Laura subió al avión sin mirar atrás, indiferente a lo que Víctor y Manuel pudieran hacer o pensar.

Al despegar, sintió una ligereza que nunca antes había experimentado.

Mientras tanto, en la Villa Laguna Dorada de Puertomira, el ambiente era opresivo.

Habían pasado ya tres horas desde que Víctor y Manuel llegaron con Sonia, pero aún no había señales de Laura.

Solo había equipaje de los tres en la villa, sin rastro alguno del de Laura.

Víctor estaba inquieto, como si presintiera algo impredecible.

Manuel, sentado en el sofá, también lucía especialmente sombrío.

Sonia, consciente de la tensión, decidió guardar silencio.

Ante el silencio constante de los dos, fue Sonia quien finalmente rompió la calma.

—Quizás Laura aún no ha terminado de empacar, ¿por qué no empezamos a organizarnos aquí? Dijeron que cenaríamos juntos esta noche, seguro que Laura no se olvidará.

Víctor, aunque asintió, no pudo sacudirse la inquietud.

Permaneció inmóvil por un largo rato, su corazón instándolo a salir.

Manuel, mirando su teléfono lleno de llamadas perdidas, similar al de Víctor, estaba igualmente inquieto.

Irritado, agarró un abrigo que estaba a su lado y lo lanzó sobre sus hombros antes de salir apresuradamente.

Solo dejó caer una frase: —Algo debe haberle pasado a Laura, voy a ver qué sucede.

Víctor, incapaz de permanecer sentado, rápidamente organizó todo con los trabajadores y, con una mirada de disculpa hacia Sonia, dijo:

—Lo siento, también iré a ver qué pasa, quédate aquí tranquila, volveré pronto.

—¡Víctor! ¡Manuel!

Sonia les llamó varias veces, pero ellos no miraron atrás.

La casa anterior estaba vacía, no quedaba nada.

Ambos recorrieron Puertomira en sus coches de lujo, sin lograr encontrar a Laura.

Finalmente, volvieron a la casa anterior casi simultáneamente.

Víctor, sintiendo un sobresalto, llamó rápidamente a su asistente Pablo para verificar el paradero de Laura.

Los detalles del vuelo estaban claros en la pantalla, era imposible falsificarlos.

Víctor casi creyó que estaba alucinando, mirando rápidamente a Manuel.

Los dos se miraron, incrédulos.

Estruendo...

El móvil se deslizó lentamente de sus manos y cayó al suelo, emitiendo un sonido nítido.

Víctor y Manuel se sentían completamente desorientados.

No podían creer que Laura realmente los hubiera dejado.

¿No estaban hablando de mudarse a la nueva casa hace solo unas horas?

Recordaron cómo Laura se había comportado extrañamente cuando salieron de casa.

En ese momento, Manuel también se golpeó la cabeza, las últimas palabras que Laura dijo por teléfono antes de salir resonaban claras en su mente.

—Todo está listo, estoy a punto de irme, llegaré por la noche.