Adiós al Pasado romance Capítulo 19

A pesar de todo, Sonia aún quería intentarlo una última vez.

Levantó su teléfono móvil y llamó a Carmen, la madre de Víctor, sollozando y pidiendo ayuda:

—Carmen, Víctor me está maltratando...

Sus palabras se detuvieron, como si quisiera decir más, dejando mucho espacio para la reflexión profunda.

Al escuchar la voz ahogada y lastimosa de Sonia, Carmen se enfureció instantáneamente.

—Espera, Sonia, ya voy para allá. Si Víctor te ha maltratado y no tiene intención de casarse contigo, yo no tengo un hijo tan insensato.

Carmen colgó rápidamente el teléfono y se dirigió hacia allá lo más rápido que pudo.

Víctor miraba a Sonia fijamente, con una expresión de disgusto en su rostro.

—¿Quién te crees que eres para difamarme?

No pudo mantener su compostura por más tiempo; sus dedos apretaron la mandíbula de Sonia hasta dejar marcas moradas en su piel.

Pero Sonia seguía sosteniendo su móvil firmemente, como si fuera un talismán, sin intención de soltarlo.

Manuel le dio unas palmaditas en el hombro a Víctor, hablando lentamente: —No te preocupes por ella, es solo una bufona. Carmen no va a perder la cabeza y creer en sus mentiras antes que en su propio hijo.

Al oír esto, Víctor se calmó un poco y soltó su agarre.

Cuando Carmen entró por la puerta, aún no había comenzado a regañar cuando Víctor le entregó los resultados de la investigación.

Después de leerlo detenidamente, el rostro de Carmen se oscureció como el fondo de una olla.

Se acercó a Sonia rápidamente, olvidando su imagen de dama elegante, y tiró del cabello de Sonia antes de abofetearla fuertemente.

Casi instantáneamente, la mejilla de Sonia se hinchó considerablemente.

—Carmen, ¿por qué tienes que hacerme esto? Víctor no quiere admitir todo lo que me hizo, por eso está diciendo esas cosas...

Pero ese día, la aparición repentina de Sonia los tomó por sorpresa.

Aunque los ancianos no pensaban mucho de Sonia, considerándola una persona de dudosas intenciones y no presentable, no podían hacer nada si a sus hijos les gustaba.

En aquel momento, ambos conjuntos de padres se acercaron a Sonia con una mentalidad de compensación y culpa.

Mostrándole el tesoro familiar y considerando pasárselo si realmente iba a estar con su hijo.

Ahora que la verdad había salido a la luz, Carmen ya no estaba dispuesta a mostrarle una cara amable a Sonia.

Rápidamente llamó a Rosa, la madre de Manuel.

Pronto, Rosa llegó, y al enterarse de todo, también se enfureció bastante.

Rosa era de temperamento volcánico y no era alguien que pudiera contenerse fácilmente.

Después de escuchar sobre las represalias de Víctor y Manuel, sintió que aún eran demasiado leves.