Adiós, mi falso matrimonio romance Capítulo 106

Sofía parpadeó.

-Abuela Cibeles, ¿qué me quiere decir?

La Abuela puso algo de comida en el tazón de Sofía.

-¿Alguna vez escuchó a su abuelo hablar sobre al abuelo de Leonardo antes? ¿Sabe qué tipo de amistad tuvieron?

Sofía hizo una pausa y pensó en ello con mucha seriedad.

-Alguna vez lo mencionó, pero no dijo mucho.

La Abuela Cibeles parecía bastante interesada.

-¿Qué dijo? Dígame.

La Abuela Cibeles y el Abuelo Cibeles se amaban mucho.

Cuando él falleció, ella se había mostrado de lo más tranquila y reservada con sus emociones.

Sin embargo, sin poderlo evitar, algunas cosas se mostraban en su rostro. Sofía sintió que quizá también era la persona más triste y desconsolada.

Después de pensarlo un momento, decidió decírselo. El Abuelo Galván, de hecho, no le había dicho mucho a Sofía. Cuando se reunió con el Abuelo Cibeles, a él solo le quedaban la piel y los huesos, estaba en un estado peor que el Abuelo Cibeles.

El Abuelo Galván había trabajado toda su vida en el campo, por lo que hacía mucho tiempo que su físico se había deteriorado.

Ejerciendo un poco de fuerza, logró hacerle un recuento breve sobre el pasado.

Los dos ancianos alguna vez estuvieron juntos en el ejército.

En aquel entonces, el Abuelo Galván llevó a cabo varias misiones mientras estaba en su tropa. Dijo que en una de sus misiones, rescató al Abuelo Cibeles. Sin embargo, no entró en detalles sobre cómo lo rescató. Después de eso, los dos desarrollaron un vínculo más estrecho.

El Abuelo Cibeles tenía condiciones familiares favorables en ese entonces, mientras que la familia Calvan no tenía nada en absoluto.

Al dejar el servicio, los dos se separaron.

El Abuelo Cibeles había dejado una forma para que el Abuelo Calvan se comunicara con él, y que lo pudiera buscar si alguna vez necesitaba ayuda.

Pero el Abuelo Calvan quería mantener su orgullo. Él era consciente de la diferencia entre ellos, por lo que estaba decidido a no buscarlo por más difíciles que se pusieran las cosas.

Una vez que se separaron, el Abuelo Calvan regresó al campo para ganarse la vida.

Al final, su salud siguió en franco deterioro, por lo que Sofía lo llevó a un hospital a recibir tratamiento. Allí fue donde se encontró de nuevo con el Abuelo Cibeles, que estaba igual de agobiado.

Fue entonces cuando los dos se reunieron.

Sofía se sentía un poco triste mientras hablaba de ello.

-Mi abuelo tuvo que mantenerse fuerte porque le tocó criarme por su cuenta, pero lo defraudé y murió atribulado.

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