Adiós, mi falso matrimonio romance Capítulo 98

«¿Puedo creerle?». Leonardo miró a Sofía con mirada atribulada mientras ella permanecía inquebrantable y lo seguía mirando sin parpadear.

Un momento después, miró hacia otro lado y dijo:

—Espero que no vayas a la Familia Cibeles Secundaria tan a menudo. Nuestra dinámica familiar es un poco complicada.

Complicada o no, a ella no le importaba. No pertenecía a la Familia Cibeles; ¿qué tenían que ver sus asuntos familiares con ella?

Por lo tanto, guardó silencio y lo esperó hasta que salió de trabajar.

Como Gerardo no se acercó, Leonardo se marchó de inmediato con Sofía.

Sin embargo, se volvieron a encontrar con Daniel mientras caminaban hacia el ascensor, pues como era la hora del descanso, era normal que la gente se reuniera en el ascensor.

Daniel estaba solo. Cuando Sofía lo vio, sonrió y lo saludó. Él le dirigió una breve mirada a Leonardo antes de sonreírle.

Cuando llegó el ascensor exclusivo, los tres entraron juntos. Daniel permaneció cerca de las puertas, mientras que Leonardo y Sofía se detuvieron más adentro.

Recordando lo que Leonardo le había dicho, Sofía no inició una conversación con Daniel.

Sin embargo, Daniel se volvió a mirarla.

—¿A dónde van ustedes a almorzar?

Ella parpadeó.

-No estoy segura -mirando a Leonardo, le preguntó-: ¿Dónde vamos a comer?

Leonardo la miró, pero no pronunció una sola palabra.

Ella no sabía lo que significaba esa mirada. «¿Por qué parece que no está muy contento que digamos?», apretó los labios y mantuvo la mirada concentrada en él.

Como él la seguía ignorando, ella lo tomó del brazo y comenzó a quejarse:

-¿Por qué la cara larga? Te estoy haciendo una pregunta. ¿Dónde vamos a comer?

Su propia voz petulante le sonaba forzada incluso a ella.

Leonardo levantó la mano para darle un suave pellizco en la cara.

-Lo sabrás cuando lleguemos allí -era claro que sus palabras no coincidían con la expresión en su rostro.

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