Nick
Tres años después…
Despierto sintiendo que su cabello me hace cosquillas en el rostro, todos los días amanecemos de esa forma, mi esposa se enreda contra mí cada noche y no sé dónde termina su cuerpo y comienza el mío.
Me muevo con cuidado para salir de la cama y no despertarla, tomo un baño y me visto con un jean, una camiseta y la chaqueta del equipo, estoy por graduarme, debo tomar las riendas de la compañía, pero lo único que me interesa es continuar mi vida con Alaia, decidí que nuestra relación solo fuera nuestra, no quiero que conozca a mi madre y a mi abuelo.
Beso, la frente de Alaia mientras sigue dormida, salgo del apartamento y conduzco el auto hasta la casa de mi madre, me ha pedido visitarla, algo que no es común, nuestra relación cambio desde el día en que mi padre murió cuando yo tenía 15 años y ella se hundió en depresión olvidándose de que nosotros también la necesitábamos.
Llego a casa de mi madre y saludo a mi nana.
—Vaya, te ves feliz —dice y la abrazo con fuerza.
—Pronto sabrán la razón —le digo y le guiño un ojo, pase lo que pase, tengo que encontrar la forma de desligarme de mi abuelo y continuar con mi vida sin que quiera intervenir en ella.
—Nick, hijo —mi abuelo, habla y me detiene de mi camino de subir a las escaleras, cierto desagrado me invade.
—Que todo el personal salga de la casa —ordena a mi nana, ella asiente bajando la cabeza y se va.
—No sabía que estarías aquí —hablo dándome la vuelta para verlo.
—Bueno, realmente fue mi idea que vinieras —da unos pasos para salir de la sala—. Ya que estás por graduarte, considero que es momento de que hablemos de tu futuro, es algo que tu padre querría, he planeado tu futuro minuciosamente y harás lo que te ordene si quieres ser el próximo CEO. De Garnett y Morgan.
—¿Lo que me ordenes? —digo con burla y me cruzo de brazos.
—Así es, todo quedará a tu nombre, tendrás el poder de las compañías, sé que suena abrumador talvez, pero estaré ahí para guiarte, para que seas una extensión de mí en el puesto.
—Tendrás que organizar tu vida para comenzar, casarte con una mujer de una buena familia del país, tengo varias candidatas.
Río con ironía y hago un gesto de que debes estar bromeando, pero él no es de los que bromean, así que decido decirle lo que realmente pienso.
—y porque mejor, ¿no te vas a la m****a? —me doy media vuelta y subo un nuevo escalón.
—Debes cuidar tu lenguaje, jovencito —escucho que habla entre dientes —. Creí que ya lo habías entendido, que no puedes ir en contra de lo que tu familia necesita, pero no eres más que el mismo chiquillo inmaduro que salió de esta casa hace casi tres años.
—No voy a ceder a tus imposiciones, si tengo que renunciar a mi vida por la compañía y tu dinero te advierto que no lo haré, tendrás que crear un nuevo plan y conseguir una marioneta —subo de dos en dos las escaleras.
—Tu madre no está, la envié de compras, es lo único que sabe hacer —dice cuando estoy por ir a su habitación, así que bajo nuevamente y voy a la puerta, ya tuve suficiente de esta conversación absurda.
—¿Entonces nada hará que cedas? —cuestiona y siento algo de burla en sus palabras.
Tomo la cerradura de la puerta principal
—¿ni tu padre?
Me detengo, pero no lo miro, solo puedo pensar que Killian ha perdido la cabeza.
—No lograrás nada mencionando la memoria de mi padre, no cederé —abro la puerta.
—No usaré algo que no puedo tomar aún, no puedo usar la memoria de tu padre cuando él vive —se ve tan tranquilo al decirlo que me es difícil de creerle, solo puedo suponer que es un acto desesperado de su parte.
—No te creo una m****a —digo y salgo de la casa para subir a mi auto, pero en mi mente juega ante esa posibilidad, algo que desee cuando nos informaron que había muerto, tenía una enfermedad autoinmune que en el momento en que inicio no tenía tratamiento y después de dos años, mi abuelo nos dijo que mi padre falleció a causa de la misma, lo vimos unas horas antes de que su vida se apagara en esa habitación de hospital, Killian se encargó de todo lo que respectaba al sepelio, trajo una caja con sus cenizas, fueron los días más difíciles de vida.
Ahora me parece increíble que quiera hacerme creer que no murió, que todo fue una mentira.
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