ÁMAME UNA VEZ MÁS romance Capítulo 41

Alaia

—Te das cuenta de que tendrás que verlo más seguido —dice Ash y lo sabía, esa era una de las razones por la cual no quería que él supiera de ellos, porque, aunque me negara, existía una mínima posibilidad de que esto suceda y tener que aceptar su presencia en la vida de mis hijos. Resoplo; yo solo quería cumplir con el contrato y regresar a España para olvidarme de Nick Garnett y su familia.

—Lo sé —exhalo y busco un vaso con agua, sentí que era mejor darle ese momento a Nick, si yo entraba al cuarto, mis bebés, centrarían su atención en mí —, debo asumir lo que suceda de ahora en adelante; si es que Nick, decide quedarse. Los niños significan una gran responsabilidad, Nick debe probarse a sí mismo y a mí que podrá ser el padre que mis hijos merecen —digo rendida, los oculte por estos meses, intente evitar que se acerque a ellos, pero es algo más fuerte que yo, es la sangre, al parecer.

—Entonces tenía razón, él es padre de mis sobrinos —dice Aidan con seriedad, mi prima y yo lo volteamos a ver.

—Así es —digo acercándome a él y lo abrazo por los hombros.

—No me agrada —explica, Ash y yo nos miramos —, estaré atento a lo que él haga —dice en tono protector y sus palabras me hacen quererlo mucho más de lo que ya lo hago.

—A mí tampoco me agrada, te quiero, enano —digo besando su cabeza.

—¡Oye, estoy a pocos centímetros de alcanzarte! —se para erguido y levanto las manos en señal de rendición.

—Me agrada tu actitud, grandote —dice Ash acariciando su cabello ellos se abrazan.

—Iré a verlos, mis niños ya deben estar listos para la siesta.

Salgo de la cocina y subo las escaleras para ir por Nick, pero me detengo al verlo salir de la sala de juegos, con mi hijo en brazos, noto que lleva una de sus manos a sus ojos y vuelve a sostener a Noah.

Observo con incredulidad que se vea tan conmovido por poder estar cerca de mis hijos, salgo de mi asombre y los sigo sin hacer ruido, puedo ver que se mueve con sumo cuidado para acomodar a mi bebé en la cama, solo observo sus acciones sin musitar palabra y él toma su teléfono para tomar una foto, creo que no puedo impedirlo, no después lo que acabo de ver.

—Se ha quedado dormida —escucho a Loli, entonces siento que es momento de hablar con él.

—Nick —digo en voz baja cuando abro la puerta por completo, no debo decir nada más y él los mira un segundo antes venir conmigo.

Caminamos juntos al despacho y le permito entrar, después cierro la puerta, camino y tomo la carpeta para comenzar a leer el contenido nuevamente, mientras le enseño la silla frente al escritorio, noto que se sienta después de un sonido cansado.

—El apellido, mis hijos seguirán teniendo el apellido Russell hasta que me demuestres que realmente quieres estar su lado, que no te irás y que esto lo haces por un capricho y en algún momento decidas desaparecer de sus vidas inesperadamente después de que ellos se acostumbren a ti —lo observo y veo como bufa —, también es importante que ellos te acepten.

—Mis hijos no son un capricho, Alaia —me mira a los ojos y vuelvo a ver la carpeta.

—No quiero a ningún miembro de tu familia cerca de mis hijos, nadie; tu abuelo es el primero en la lista, creo que no debo explicar las razones —lo fijo —, tampoco quiero a tu madre cerca de ellos —Nick levanta una ceja —tuve un encuentro con ella y no me agrada, esta demás decir que Barbara tampoco puede acercarse a ellos —ordeno.

—Compraré una nueva casa para llevar a mis hijos, una a la que Bárbara no tendrá acceso —dice y encuentro curiosas sus palabras, dudo que una esposa acepte ese tipo de comportamientos, pero no es mi problema, solo debo velar por la seguridad de Noah y Alana —. Respecto a mi abuelo y madre, estoy de acuerdo contigo y no permitiré que vean a mis hijos —asegura y levanto ambas cejas.

—Como imaginaras, no confió en ti, así que, estaré atenta a todo lo que tenga que ver con mis hijos y contigo.

—No es una idea que me desagrade —dice con una sonrisa ladeada que logra molestarme y ruedo los ojos, idiota.

—Por lo tanto, Lola estará siempre al pendiente de ustedes, durante las visitas y estará presente en cualquier salida o encuentro contigo, no permitiré que contrates a nadie más para su cuidado, no quiero extraños cerca de mis hijos, eso no te exime de pagar por los días en que ella trabaje para ti, creo que imaginaras que Lola es una mujer preparada y gana muchísimo más que una nana cualquiera —explico.

—¿Me ves titubear? —cuestiona y continúa mirándome fijamente mientras hablo.

—Las visitas —tomo aire ante lo que voy a decir —las veras en esta casa bajo la estricta supervisión de Lola o un miembro de mi familia, en el caso de que ella no este, iniciaremos con dos o tres días a la semana, tendrás que avisarme antes de venir, es necesario para que ellos vayan adaptándose a ti poco a poco, después de eso, todo dependerá de la relación que logres construir con ellos.

—¿Por qué no, todos los días? —cuestiona confundido.

No son un capricho 1

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