ÁMAME UNA VEZ MÁS romance Capítulo 50

Alaia

Siento que un gran enojo invade mi pecho. ¿Cómo es posible que haga esto?, ¿no ha sido suficiente con lo que hizo hace dos años? con lo que casi causa.

—No estoy para juegos Nick, esto debe de ser una broma, una de muy mal gusto —dejo los papeles sobre su escritorio.

—Será mejor que te espere afuera —Ash habla y sale de la oficina dejándome a solas con Nick.

—No es una broma, Alaia, nunca complete el trámite del divorcio —me mira serio.

Niego con la cabeza, es ridículo.

—¿Me estás jodiendo? —cuestiono y Nick me mira significativamente —Te casaste con Bárbara una semana después de que firme y acepte el divorcio.

Nick niega con vehemencia.

—Nunca me case con Bárbara, todo fue una farsa, debía hacerlo.

Me siento confundida, molesta, no sé qué telaraña tejió para lograr quedarse con el dinero de su familia, parecía no importarle tanto, pero esto es demasiado, parece que solo fui un peón en todas sus acciones, tampoco tiene sentido que Nick siga viviendo con quien se supone, no es su esposa.

—No sé qué clase de plan sin escrúpulos creaste para engañar a tu familia y lograr tu cometido, pero me pediste el divorcio y no sé qué pretendes al decirme esto, pero hace dos años tomaste una decisión por los dos, sin consultarme, ahora vas a decirme que lo has olvidado, puedo recordarte cada una de las palabras que digiste.

—Alaia…

—No, Nick ya tuve suficiente de ti, ahora la decisión la tomó yo, si lo que dices es verdad, seré yo quien inicie los trámites del divorcio.

—No vas a casarte con Cedric —dice con voz fuerte. Egoísta de m****a, no voy a prestarme para sus juegos.

—Voy a casarme con Cedric y no podrás impedirlo, como yo no lo hice cuando te vi casandote con Bárbara —Nick cambia su gesto, se ve confundido y sorprendido.

—Así es, Nick, estuve ahí, fui a tu casa el día de la boda y te vi sonreírle a la flamante novia en el altar —por alguna razón, vuelvo a sentir la sensación desagradable que sentí ese día.

—Lo que viste, no fue real, no amo a Bárbara y nunca lo hice, no voy a dejarte ir Alaia, no otra vez —me mira a los ojos de esa forma en que me veía antes, cuando me juraba amor, sacudo mi cabeza y rio sin gracia.

—Todo lo que se trata de ti es una mentira, espera noticias de mi abogado —digo dándome la vuelta para abrir la puerta.

Le escucho decir mi nombre, pero lo ignoro, salgo de la oficina de Nick, sin que la molestia y el enojo se hayan ido, es increíble que piense que puede intervenir en mi vida, después de la forma en la que se fue de ella.

—¿Qué pasó? —cuestiona Ash caminando conmigo al ascensor.

—Se supone que no estamos divorciados y que la boda con Bárbara no fue real —digo cuando la puerta del ascensor se cierra.

—Pero tu ex, ¿está como una cabra? —cuestiona.

—Estoy por creerlo —tomo mi teléfono para llamar a mi abogada, le digo que lo espero esta tarde en la casa después de contarle la situación, necesito una confirmación.

—No entiendo nada, esto no tiene ni pies ni cabeza, cari.

—Opino igual, Ash.

Voy directamente a la casa, necesito saber que vamos a hacer, la fecha de la boda está a pocos meses.

—¡Mami! —mis pequeñines corren hacia mí, apenas entro a la casa y me apresuro a abrazarlos, hoy no es día de visita por parte de Nick, por suerte, no tengo ánimos de verlo.

—¡Tía! —le dicen apenas ven a Ash y le abrazan.

—Vamos, menos mal que soy un tío gay y pues van a pensar que los niños me dicen tía por esa razón —les dice a los niños.

—¿Se portaron bien con Tío Tino, hoy? —les pregunto, Tino se ha quedado con ellos esta mañana.

—¡Ti, mami! —Noah da un saltito y Alana balancea sus piecitos.

—Oh, mi princesa guerrera, quisiera confirmar las palabras de los cariñitos, pero no puedo —habla detrás de nosotros.

—¿Qué? —arrugo la nariz y me vuelvo para verlo, presiono mis labios para no reír, mientras que Ash suelta la gran carcajada.

Tino está bañado en brillantina rosa.

—Pero, pero ¿Qué ha pasado? —Ash habla entre risas.

—Pues que me he quedado dormido, pero solo ha sido un segundo, supongo que el jet lag está haciendo estragos en mí, y que los preciosos, aquí presentes, han tomado el envase de brillantina que he comprado para hacer pruebas de las prendas para tu despedida de soltera y pues que la han vaciado sobre mí —pone la mano en su pecho.

—No pudieron elegir un mejor color —dice Ash sin parar de reir.

Y yo me inclino ante mis hijos.

—No, no, no, no, no —Alana dice sus palabras favoritas y mueve su dedito.

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