Amor Adictivo de CEO romance Capítulo 101

Charlotte saltó de la cama, corrió hacia la sala de estar a pesar de la obstrucción de la sirvienta, se miró en el enorme espejo de la pared y casi queda aturdida.

'¡Oh, Dios mío!'.

Actualmente, su rostro lucía como un tomate maduro debido a las heridas. Ni siquiera podía recordar su apariencia original.

'¡De acuerdo! No entres en pánico… ¡No entres en pánico! El doctor dijo que me recuperaría y volvería a ser como antes. ¡Es solo cuestión de tiempo!'.

Charlotte realmente había pensado que iba a morir debido a la golpiza de Victor. Ahora que había sobrevivido, ¿qué más le costaba esperar?

“El Segundo Amo es realmente brillante. Dijo que la señora debería despertarse ahora y me ordenó que fuera a buscarla. Efectivamente, se ha despertado exactamente a esta hora, ni siquiera un minuto después”. La voz de un joven adolescente llegó desde la puerta. Era Lucas.

Charlotte apartó la mirada del espejo con ansiedad. “Zachary… ¿Por qué iba a hacer que vinieras a buscarme…?”. Tenía mucho miedo de que Zachary viera su horrible apariencia.

“Señora, está herida y es muy inconveniente para usted moverse. El Segundo Amo, naturalmente, me pediría que viniera a recogerla para asuntos muy importantes”. Al ver la melancolía radiante en los ojos de Charlotte, Lucas comprendió sus preocupaciones al instante.

“Eh… Señora, no tiene que preocuparse por su apariencia actual. El Segundo Amo fue la persona que la rescató de ese b*stardo, Victor. Por lo tanto, él ya vio su rostro”.

'¡Zachary de verdad me salvó!'.

Cada vez que ella lo veía, el corazón de Charlotte latía como si sonara un solo de batería en su cavidad torácica, pero aun así reunió el coraje para caminar hacia él. “Luke dijo que me citaste aquí”.

'¿Luke? ¿Ella le acaba de dar un nombre íntimo a Lucas?'.

Zachary fulminó a Lucas con la mirada fríamente y dijo con tono indiferente: “Deberías conocer a estas chicas”.

La atención de Charlotte se sintió completamente atraída por Zachary, que señaló con la cabeza hacia dos niñas con uniformes escolares, atadas y encerradas en una jaula de hierro frente a ella.