Amor Adictivo de CEO romance Capítulo 1072

El restaurante donde Zenios había invitado a almorzar a Zachary se llamaba “Casa de las Conchas”.

Charlotte estacionó su coche afuera del restaurante y comenzó a caminar hacia la entrada del restaurante. De repente, sintió algo frío en la parte superior de su cabeza y miró hacia arriba.

Una empleada de un salón de belleza que estaba ubicado en el segundo piso estaba regando sus plantas, y debido a que había derramado agua, accidentalmente cayó un poco sobre la cabeza de Charlotte.

Charlotte fue directamente al segundo piso.

Al verla, la dueña dejó la regadera y se disculpó con ella al instante. “Señorita, lo siento mucho. Mojé su cabello y su ropa porque no estaba prestando atención y no me di cuenta de que había alguien abajo. Si no le importa, soy la dueña de este salón, así que le lavaré el cabello gratis. También podemos usar mi secadora de pelo para secar su ropa. ¿Le parece bien?”.

“No vine a buscarte por esto”. Charlotte miró las macetas con flores en el alféizar de la ventana, asomó la cabeza por la ventana y miró hacia abajo. “No hay clientes en su salón ahora mismo, así que deje de operar temporalmente, cierre la puerta y hágame un favor”.

La mujer miró a Charlotte con sorpresa. “¿Qué quiere que haga por usted?”.

Charlotte señaló la ventana. “En un momento, pasaré con un hombre guapo. Espera mi señal. Cuando me veas haciéndote señas, levanta una maceta de cactus, apúntala hacia ese hombre guapo y tirala a su cabeza, ¿de acuerdo?”.

“¡¿Qué?!”. La mujer sacudió la cabeza. “Estamos en el segundo piso, y esta maceta de cactus pesa alrededor de veinte libras si incluyes la arena en la maceta. Si golpea a alguien en la cabeza, esa persona podría morir. ¡No haré tal cosa!”.

“No te preocupes, te prometo que no pasará nada”. Mientras ella decía eso, Charlotte ya había sacado su bolso, sacó todo el dinero y puso el fajo de billetes en la mano de la mujer. “Te daré esto por tu arduo trabajo. Echa un vistazo al dinero. ¿Estás de acuerdo con eso?”.

La mujer miró la pila de dinero en la mano de Charlotte. Solo había billetes de 700 u 800 dólares, además de una gruesa pila de monedas sueltas, por lo que había más de 1,000 dólares. Inmediatamente tomó el dinero y su preocupación se convirtió en alegría.

¡Clac! El sonido nítido de la puerta abriéndose interrumpió los pensamientos de Charlotte.

Ella levantó la cabeza, miró hacia la entrada y vio ese rostro indiferente que se veía extremadamente bien definido. Inmediatamente se levantó felizmente. “¡Zachary!”.

“¿Tú?”. Un rastro de frialdad brilló en los ojos sombríos de Zachary. “Zenios me pidió que viniera aquí a almorzar. ¿Dónde está él?”.

Charlotte estaba asustada por sus ojos fríos y su cuello se contrajo. “Zenios no vendrá hoy. Ahora, déjame decirte la verdad. La persona que quería invitarte a almorzar era yo. Sabía que te estabas distanciando de mí, así que nunca estarías de acuerdo si tomaba la iniciativa de invitarte a salir. Por eso le pedí a Zenios que me ayudara con eso”.

Se podían ver arrugas entre las cejas oscuras y gruesas de Zachary, y sus ojos se atenuaron en un segundo. “Entonces, ¿Garrison no se ha recuperado después de todo este tiempo?”.