Amor Adictivo de CEO romance Capítulo 1100

Después del frenético día, Charlotte estaba exhausta. Se duchó, se sentó en la cama, tuvo una videollamada con Naomi, luego dejó el teléfono y se preparó para un largo y placentero sueño.

Poco después de apagar las luces, escuchó un fuerte golpe en el balcón antes de que su cabeza pudiera caer sobre su almohada.

Ella estaba en alerta máxima. Por lo tanto, siguió el sonido y vio una figura alta que pasaba por su balcón y llegaba frente a la puerta de su dormitorio.

“¡Ah!”. Charlotte gritó y se sentó en la cama.

“¿Eres un ladrón? Te lo advierto, hay otras personas en esta casa y tengo un arma. ¡No te atrevas a entrar aquí!”. Ella gritó ansiosamente mientras abría el cajón de su mesita de noche para agarrar su arma.

¡Clac!

La puerta se abrió de repente.

Entonces, un viento frío que se parecía a una brisa invernal y una voz magnética, clara y tentadora sonaron en voz alta afuera de la puerta.

“Soy yo, niñita”.

La pequeña mano de Charlotte se puso rígida justo cuando estaba a punto de agarrar a Encanto Plateado. Miró aturdida al majestuoso hombre, y las comisuras de sus labios se abrieron lentamente. “Zachary…”.

Zachary cerró la puerta, levantó los pies y caminó hacia ella.

Las luces de su dormitorio estaban apagadas.

El resplandor plateado de la ventana brillaba sobre él como la luz de la luna, haciendo que su rostro ya encantador se viera aún más perfecto y hermoso que nunca, absolutamente tentador…

Charlotte lo miró fijamente y no pudo evitar sentirse aturdida. Ella solo logró despertarse unos minutos cuando él apareció a su lado.

“Zachary, mi casa está en el sexto piso y también hay una red antirrobo fuera de la ventana. ¿Cómo entraste aquí? Además, es tarde, ¿qué haces en mi habitación… Mmm…?”.

Ella no pudo decir una palabra más porque Zachary había colocado sus delgados labios directamente sobre los de ella.

Su cuerpo vaciló y Zachary la empujó hacia atrás sobre la cama.

Su mente quedó en blanco. Antes de que la idea de luchar entrara en su mente, él le desgarró la pijama y la consumió apasionadamente…

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