Amor Adictivo de CEO romance Capítulo 1145

Un destello cruzó por los ojos helados y brillantes de Zachary cuando la escena de él ayudando a Charlotte a bañarse ese día apareció en su mente.

“Sí. Lo recuerdo”.

Lorraine miró el cuchillo de frutas sobre la mesa.

Aunque Charlotte no lo había dicho explícitamente, Lorraine sabía de lo qué estaba hablando. Ella había escuchado todo esto de Ivan. Ese día, cuando Ivan fue a la casa de Charlotte para atraparlos en el acto, encontraron a Charlotte en el baño con Zachary, y ambos estaban completamente desnudos.

Dios sabía lo que habían hecho ese día.

Mientras Charlotte repetía esas cosas frente a ella, Lorraine estaba tan celosa que quería hundir el cuchillo de frutas sobre la mesa en el pecho de Charlotte.

Charlotte continuó: “Pero no te dije el motivo ese día porque aún no era el momento, y ahora es el momento adecuado. Te voy a contar delante de Lorraine la razón por la que me divorcié de ti hace cuatro años… Lorraine te había envenenado y solo ella tenía el antídoto. Si no me divorciaba de ti, ella te dejaría morir por el veneno”.

Zachary había sido alguien que rara vez mostraba sus emociones, pero en ese momento, una grieta apareció en su rostro perfecto y frígido mientras miraba a Lorraine.

Lorraine sintió como si le hubieran echado un balde de agua fría en la cabeza. Ella se levantó del sofá y se mordió los labios con sus dientes blancos como perlas. Parecía que iba a llorar cuando dijo: “¡No la escuches, Zach! Sabes cuánto te amo. He puesto en riesgo mi propia vida para salvarte dos veces. ¡Preferiría morir para que puedas vivir bien! ¿¡Cómo podría haberte envenenado!?”.

Charlotte sabía que Lorraine no lo admitiría, pero eso no le importaba.

Ella iba a ganar la batalla hoy.

¡Todo lo que tenía que hacer era decirle toda la verdad a Zachary!

Con eso en mente, ella ignoró a Lorraine y continuó: “Lorraine no solo te envenenó, sino que también tuvo una aventura con Jebediah para que él la ayudara a separarnos. Ese año, porque Nicholas los había grabado juntos fue que arregló a alguien para golpear a Nicholas”.

Nunca en el sueño más loco de Lorraine se imaginó que, aunque Charlotte no tuviera ninguna evidencia para probar sus acusaciones, Zachary le creería sin dudarlo y la interrogaría con frialdad como si estuviera interrogando a un prisionero.

Lorraine tardó unos tres segundos en recuperar la voz.

“Zach… ¿De qué estás hablando? Tú me conoces mejor que nadie. Sabes que soy una chica sencilla y amable. ¿Cómo puedes creer lo que dijo Carlie? ¿Cómo podría envenenarte a ti o a su padre? Ella incluso dijo que tuve una aventura con Jebediah…”.

“¡Zach! Sabes muy bien que nunca cometería esas atrocidades. ¡Deberías estar preguntándole a Carlie por qué diría una mentira tan grande para incriminarme! ¿¡Cómo puedes interrogarme a mí primero!?”.

Zachary ahora estaba tan firme como una vara, exudaba un aura majestuosa. Él abrió sus delgados labios, y las palabras que se derramaron entre sus dientes congelaron a Lorraine hasta la médula.

“No es que no confíe en ti, pero confío más en ella”.